El Gobierno de la Ciudad de México destinó 5 millones de pesos para la adquisición de cinco equipos de medición atmosférica que quedarán a resguardo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), mismos que permitirán conocer los contaminantes y generar políticas de salud y medio ambiente.
“Nos referían que el50% de estas partículas 2.5 no sabemos de que están compuestas, si van directamente al sistema respiratorio, necesitamos saber de dónde vienen y quien las está monitoreado, nosotros tenemos el esquema metropolitano, aquí el tema es una medición metropolitana y en las mediciones nos hemos mantenido”, expresó.
Durante la firma un Convenio Específico de colaboración entre la Secretaría del Medio Ambiente (SEDEMA) y la Máxima Casa de Estudios, el rector Enrique Graue, señaló que se debe trabajar la ciencia y el Gobierno de forma conjunta.
Mencionó que estos aparatos ya están funcionando y en los próximos tres meses podrían dar los primeros resultados, además de que la Ciudad de México es la primera en América Latina en tener las mediciones.
El mandatario capitalino , José Ramón Amieva enfatizó la sinergia que se produce entre ambas instituciones para generar políticas públicas de calidad, con base en conocimiento científico, así como la gran responsabilidad que, como gobierno, se tiene al utilizar los recursos del Fondo Ambiental Público (FAP) en la adquisición de tecnología de punta, como lo es el Gas cromatography mass spectrometry / Thermal Desorption Aerosol-Gas, GCMS-TAG, recientemente adquirido, y con un costo de 5 millones de pesos.
La titular de SEDEMA, Tanya Müller García, explicó la importancia de conocer la composición de las partículas finas, pues gracias a este instrumento, también se podrá saber cuáles son sus fuentes de emisión, los procesos de transformación en la atmósfera y los riesgos para la salud humana.
Esta información servirá para diseñar políticas públicas eficientes que, además de favorecer al medio ambiente, protegerán la salud de la población.
La contaminación atmosférica representa uno de los principales problemas de salud pública en el mundo. La Organización Mundial de Salud (OMS) ha instado a los gobiernos de los países y ciudades a redoblar esfuerzos para mejorar la calidad del aire.