Con el objetivo de reactivar de manera segura la actividad turística del Estado de México, la Secretaría de Cultura y Turismo, invita a conocer este Pueblo con Encanto ubicado en el oriente de la entidad, muy cerca de Amecameca, que conserva una hermosa arquitectura, con casas de techos de dos aguas y patios centrales adornados con flores.
En el marco de su 153 aniversario de haber sido erigido como municipio, Ayapango, cuyo nombre deriva de la raíz náhuatl que significa “lugar donde se juntan tres cañadas”, ya que en su territorio convergen tres pequeños ríos provenientes del volcán Iztaccíhuatl, muestra su riqueza cultural, turística y arquitectónica.
Visita obligada son la Casa Afrancesada y la Casa Grande, exponentes importantes de la arquitectura del lugar. Después, puedes echar un vistazo al Ex Convento de Santiago Apóstol, cuya torre barroca posee bellas columnas salomónicas, además de un enorme atrio rodeado por un muro almenado.
Este lugar tranquilo, cuenta con la agricultura y la ganadería como las actividades principales de la región, destacando de éstas la producción de lácteos como atractivo turístico, dos de las principales granjas de la zona son una excelente opción para la compra y degustación de una gran variedad de productos.
Otro de los lugares más representativos del pueblo es el Convento Franciscano en ruinas, ubicado a unos dos kilómetros hacia el sur del centro, es un interesante vestigio de la arquitectura de la época colonial; este edificio conserva aún en su arco de entrada, elementos decorativos del arte sacro.
La Casa de Cultura Aquiauhtzin fue construida en el siglo XIX; llama la atención por su estructura con ventanales y detalles góticos que resaltan desde lejos. Esta casa lleva por nombre Aquiauhtzin Cuauhquiyahuacatzintli, quien fue un noble oriundo de Ayapango y autor del canto La enemiga, que fue entonado en el palacio de Axayácatl, Emperador de Tenochtitlán.
Sorprendente con las casas de estilo afrancesado en el centro de Ayapango, estas construcciones conservan un estilo francés tanto en su arquitectura como en el material. Este estilo se popularizó a finales del siglo XIX. Se caracteriza por contar con paredes de gruesos adobes; además de techos de dos aguas, recubiertos con tejas planas de barro, que tienen tapancos de madera para guardar el maíz.
En estas casas también se observan enormes patios interiores. Cada casa antigua de Ayapango cuenta con una placa con su nombre prehispánico.
No puede faltar la foto en el Gran Fresno, un árbol de más de quinientos años de edad, de gran tamaño, que se levanta sobre las demás construcciones, con gran proyección; fue utilizado para colgar prisioneros aprehendidos durante los enfrentamientos por las tropas zapatistas y federales durante la Revolución mexicana.
Así que visita este maravilloso pueblo lleno de frescura, vida e historia en cada uno de sus lugares y recuerda seguir los protocolos de salud establecidos por las autoridades sanitarias. Disfrutemos con precaución de las bellezas del Estado de México, para tener una convivencia sana y segura.