Irán amenaza con cerrar el Estrecho de Ormuz y sacude el mercado mundial del petróleo

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El parlamento iraní aprobó una medida que podría tener un fuerte impacto global: cerrar el Estrecho de Ormuz, un paso marítimo clave por el que circula uno de cada cinco barriles de petróleo del mundo.

Esta decisión, aún pendiente de aprobación final por parte del Consejo Supremo iraní, podría detener exportaciones petroleras valoradas en unos 1.000 millones de dólares diarios y provocar un fuerte aumento en los precios del crudo.

Según la televisión estatal Press TV, el Consejo Supremo tomará una decisión definitiva esta misma noche. Esta escalada llega como respuesta a recientes ataques estadounidenses contra instalaciones nucleares en Irán. El comandante de la Guardia Revolucionaria, Email Kosari, advirtió que cualquier represalia se llevará a cabo “cuando sea necesario”.

El Estrecho de Ormuz es una angosta franja de agua que une el Golfo de Omán con el Golfo Pérsico. En su punto más estrecho, mide apenas 32 kilómetros, pero las rutas navegables reales son mucho más pequeñas, menos de 3 kilómetros en cada dirección, lo que lo convierte en un lugar especialmente vulnerable a bloqueos, ataques con misiles o incluso minas submarinas.

Aunque Irán no tiene autoridad legal para cerrar este paso, cualquier intento de bloquear el tránsito marítimo podría desatar una respuesta militar inmediata. La Quinta Flota de Estados Unidos y otras armadas occidentales patrullan constantemente la zona para garantizar la seguridad.

El Estrecho de Ormuz limita al norte con Irán y al sur con Omán y los Emiratos Árabes Unidos. Por ahí transita la mayoría del petróleo exportado por Irán, Irak, Kuwait, Qatar, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos.

Si se llegara a cerrar, Asia sería la región más golpeada: países como China, India, Japón y Corea del Sur dependen en gran medida de estas rutas para abastecerse de crudo. En especial China, que es el mayor comprador de petróleo iraní.

Sin embargo, un cierre también tendría consecuencias negativas para la propia economía iraní, que depende de esas mismas exportaciones.

No es la primera vez que Irán interrumpe el tráfico en esta zona. En abril del año pasado, capturó un buque vinculado a Israel cerca del Estrecho de Ormuz y, poco después, detuvo un petrolero que se dirigía a Estados Unidos. Además, en 2022 retuvo dos barcos griegos durante seis meses en represalia por una incautación previa.

A esto se suman otras tensiones en la región. Los rebeldes hutíes de Yemen, por ejemplo, han logrado interrumpir el tráfico marítimo en el estrecho de Bab el-Mandeb, en la entrada al Mar Rojo, usando drones y misiles. Según datos recientes, esas acciones redujeron el tránsito de barcos en la zona en un 70% durante junio. Como consecuencia, muchos buques han tenido que tomar rutas más largas rodeando África, lo que encarece y alarga los trayectos entre Europa y Asia.