He querido perder peso desde hace mucho tiempo y creo que, como mucha gente, lucho contra mi peso. Subo y bajo. Pero desde que me he recuperado del coronavirus, estoy mejorando mi forma constantemente”, dijo el “premier”.
El primer ministro británico, Boris Johnson, confesó hoy que mantiene una pelea constante con la báscula y reconoció que tenía “mucho sobrepeso” cuando padeció la COVID-19 el pasado mes de abril.
El dirigente conservador efectuó esas declaraciones en un mensaje de vídeo publicado este lunes para lanzar una campaña nacional contra la obesidad, al ser considerado como un factor de riesgo ante el coronavirus.
Johnson fue hospitalizado hace casi cuatro meses y tuvo que ser tratado con oxígeno en una unidad de cuidados intensivos, pero hoy reveló que, desde entonces, ha perdido unos seis kilos.
“He querido perder peso desde hace mucho tiempo y creo que, como mucha gente, lucho contra mi peso. Subo y bajo. Pero desde que me he recuperado del coronavirus, estoy mejorando mi forma constantemente”, dijo el “premier”.
El servicio de Salud Pública de Inglaterra (PHE) publicó un informe el pasado viernes en el que advertía de que el “sobrepeso” y la “obesidad” aumentan considerablemente el riesgo de hospitalización y muerte por el SARS-CoV-2.
En este sentido, Johnson reveló que cuando ingresó en “la UCI estaba muy enfermo” y con “mucho sobrepeso” para una persona que mide 177 centímetros.
Ahora, detalló, comienza el día corriendo con su perro, a un ritmo “muy ligero”, pero destacó que cada vez va más rápido, “a medida de que me pongo más en forma”.
“Hay razones de salud, pero también hace que te sientas mucho mejor. Y eso es lo principal, que, de hecho, tendrás más energía si pierdes peso”, agregó Johnson.
Entre las nuevas medidas adoptadas por el Gobierno para combatir la obesidad figura la eliminación de estanterías con ciertos productos situados en las cajas de pago de supermercados o lugares prominentes, así como de las ofertas del tipo “dos por uno” de alimentos insanos.
Tampoco se verán en televisión antes de las nueve de la noche anuncios de alimentos con altos contenidos de grasas, azúcar o sal, a fin de restringir su acceso a los menores.