Una serie de textos escritos en el siglo pasado, pero cuyo contenido está vigente hoy día, conforman el volumen La estrategia de la ilusión del filósofo y escritor italiano Umberto Eco, quien aborda una amplia gama de temas que van desde una aproximación al universo de los discursos periodísticos o políticos, hasta los fenómenos de la moda y las costumbres.
Esta recopilación de artículos periodísticos y reflexiones que datan de las décadas 60 al 80, en los que ofrece una mirada crítica de la realidad con el objetivo de develar el verdadero sentido que se esconde detrás de los hechos, se publicó en 1999 y es una invitación a que el lector adopte una sospecha permanente frente a los discursos cotidianos.
En 367 páginas (libro publicado en 2014 por la editorial de la librería Gandhi) el autor posa su incisiva mirada sobre el arte, la moda, los medios de comunicación o el futbol, para desentrañar su función social y su significado oculto, que convierte esa realidad en ilusión, en artificio, en ideología, a fin de ofrecer una visión crítica sobre el entorno cotidiano del momento.
En su afán por aclarar la realidad del día a día, la descifra para descubrir el engaño e incitar al lector a no quedarse con lo superficial, con la ilusión que le quieren vender, sino a buscar el sentido oculto a toda situación, a todo mensaje, a buscar los resortes ocultos de lo real.
El filósofo italiano intenta descodificar las implicaciones, símbolos y conexiones del significado de los mensajes que recibimos cotidianamente para mostrarlos al lector que no siempre es capaz de verlos. Con su punzante ironía y un estilo directamente certero pone ante el lector la cara escondida de la existencia humana, al tiempo que desnuda la ilusión.
El volumen está dividido en seis bloques dentro de los cuales el autor estructura los artículos que, desde perspectivas diferentes, confluyen en el análisis semiológico del mensaje, es decir, desde la óptica del estudioso del lenguaje descubre si lo utilizamos para hablar de las cosas, para silenciarlas o para convencernos de que son cosas cuando, por el contrario, se trata de ideologías, fantasmas, ilusiones o decepciones.
Eco lleva a cabo una profunda reflexión y ejercicio de semiótica (ciencia que analiza los sistemas de comunicación en las sociedades como base para comprender toda actividad humana) sobre los “hilos invisibles” que sustentan la ilusión de la realidad, en el mundo de imágenes y colores que se ha querido vender a la sociedad contemporánea para evadir la avalancha de contratiempos a que se enfrenta.
Es un libro para leer con calma, lápiz en mano para subrayar o block de notas para rescatar lo asimilado y apuntar lo que está aún por aprenderse; además los temas abordados son fácilmente reconocibles en la cotidianidad de cualquier persona y el lector atento no se perderá en la profusión intelectual que conlleva la prosa del autor italiano.
Los ensayos se agrupan de la siguiente manera: Viaje a la hiperrealidad, Hacia una nueva Edad Media, Los Dioses del subsuelo, Crónicas de la aldea global, Leer las cosas, y De consolatione philosophiae.
En Viaje a la hiperrealidad Eco estudia algunos de los componentes más sugerentes de la cultura estadounidense, en especial su obsesión por la reproducción absolutamente detallista (hiperrealista) de diferentes parcelas de la realidad o meros productos de la fantasía, como Disneyworld. Hacia una nueva Edad Media aborda uno de sus temas favoritos, el Medioevo, a través de un recorrido histórico y simbólico de esa época (no tan oscura como se pretende) en busca los paralelismos con el tercer cuarto del siglo XX.
Dioses del subsuelo analiza los mensajes que llegan al público por los medios de comunicación como la prensa, la televisión, el cine y la literatura, al tiempo que medita sobre el papel de las religiones, la razón o las leyes. Las Crónicas de la aldea global intentan extraer la verdad de la gran ilusión que construyen para la sociedad los medios de comunicación; aquí pondera la función sustitutiva del deporte en las sociedades modernas y la manipulación que ejercen los informativos de televisión.
Leer las cosas desentraña la vestimenta como código social y cultural, así como de su incidencia, en especial en el vestuario femenino, como forma de represión; Eco expone una teoría sobre la conexión entre lo que vestimos, cómo nos comportamos y sentimos dentro de ese vestido, e igualmente de nuestra forma de pensar y deliberar sobre el mundo. El autor cierra el volumen con De consolatione philosophiae, artículos filosóficos que abordan cuestiones como el lenguaje, la interpretación de los pensadores clásicos o las estrategias de lo cómico y lo trágico; Eco rescata aquí figuras como la de Santo Tomás de Aquino y teorías propias tan conocidas como la distinción entre apocalípticos e integrados.
Especialistas como Lidia Casado, periodista con un máster de formación e Investigación literaria; Eduardo Martín Espillargas, jefe de prensa de Grupo Planeta en Barcelona; Andrés Ortiz Lemos, escritor y académico de la Universidad Central de Ecuador, y Abel Muñoz Hénonin, doctor en Filosofía, arte y pensamiento social por la European Graduate School, coinciden en que es imposible no preguntarse qué pensaría Eco de algunos de los temas estudiados como los medios de comunicación con contenidos tan vacuos y fútiles, de que el ser humano se sienta realizado al cumplir metas que le venden como objetivos vitales y del consumismo acendrado, entre otros.
El universo de Twitter, de las redes sociales y de la posverdad creada exprofeso en la búsqueda de ‘impacto’, provoca que entre ‘likes’ y ‘retuits’ las personas nos vanagloriemos de lo listos y guapos que somos, apunta al respecto el escritor y periodista español Guillermo Busutil.
También opinan que Umberto Eco se convirtió ya en un clásico de hoy, entendido lo clásico como esa fuente de conocimiento inmune al paso de los años, en este caso nacido de la contemporaneidad. Extraños oficios los de pensar y contar, intentando fusionar la inteligencia, la mirada, la duda y la sensibilidad con un lenguaje que posea una actitud, un rango poético y un modo de seducción, porque él analiza la composición de los actos comunicativos desde la perspectiva de la libertad del lector para su interpretación del texto.
Semiologia quottidiana, su título original, da tal vez una idea más aproximada de su contenido, pues son observaciones directas de la realidad recogidas por la mirada crítica de este observador perspicaz, y comentadas en su habitual lenguaje salpicado de humor, pero que no por ello deja de expresar con acidez ni la desaprobación ni el desencanto.