México necesita asumir una visión más futurista y hacer del campo un verdadero polo de desarrollo económico y empleo. Es inadmisible que hoy todavía importemos un tercio del maíz que consumimos cuando no tiene por qué enfrentar ese déficit ya que en la biotecnología tiene un gran aliado y una alternativa confiable, segura y de gran potencial para asegurar una producción agroalimentaria sostenible.
La Alianza Protransgénicos destacó lo anterior y señaló que nuestro país es centro de origen del maíz y cuenta con 59 razas del grano y más de 1,000 variedades de maíz nativo. Actualmente más de dos millones de personas se dedican al cultivo del grano.
Reconoció que la recuperación del campo mexicano es posible y ejemplificó que tan solo en los distritos de riego del Norte del país hay condiciones, oportunidades e intenciones de producir los maíces genéticamente modificados, mismos que han sido evaluados positivamente en términos sanitarios, en pruebas de campo, a nivel experimental y piloto.
Productores e investigadores agrícolas, académicos, comunidad estudiantil e integrantes de la cadena agroalimentaria que integran la Alianza Protransgénicos coinciden en que la falta de tecnología en el campo mexicano, frente a países como Estados Unidos, no tiene por qué ser más una limitante de crecimiento en la producción.
Nuestro país importa actualmente más de 30 por ciento del maíz, lo que se traduce en cerca de 12 millones de toneladas del grano, mientras que el valor de las importaciones se cifra en alrededor
Es importante –señala la Alianza- que la sociedad mexicana esté bien informada sobre los retos del desarrollo sustentable y de las soluciones eficaces que aporta la biotecnología moderna en la agricultura, las cuales han sido evaluadas y verificadas.
Es un hecho que el combate de plagas y malezas eleva los costos de la producción, pero también es verdad que en México se han sembrado, en fase experimental, variedades de maíz con resistencia a insectos plaga del cultivo (gusano cogollero, barrenador y elotero), y con tolerancia a herbicidas (que eliminan a tiempo las malezas).
En específico para el maíz hay disponibles tecnologías potenciales y complementarias desarrolladas en México, como es un tipo de tolerancia a la desecación (bajo condiciones de sequía) y, asimismo, la capacidad de utilizar fuentes alternativas para la fertilización fosforada, que tiene ventajas agronómicas, ambientales y económicas.
En concordancia con la Alianza Protransgénicos, distintos actores, entre ellos investigadores y académicos, señalan que el modelo de producción agrícola está agotado, es obsoleto e ineficiente y urge cambiarlo, con el uso de la biotecnología.