La CDMX se perdió por el futurismo político

0
968

Luis_Repper

Tal parece que el Gobierno de la Ciudad de México arrió banderas, fue derrotado, se dejó ganar la guerra de las calles por el comercio informal. Ni la autoridad central, mucho menos las delegacionales pudieron ante el poder del dinero, del “entre”, de los votos corporativos, del acarreo político, de las conveniencias partidistas y se van por la fácil: “dejar hacer, dejar pasar”.

Pesan más los líderes del ambulantaje -de los que Héctor Serrano Cortés, hoy titular de Semovi, “el poder tras el trono” en la CDMX, tiene el control absoluto- que las demandas, exigencias y el Derecho, de vecinos, comerciantes establecidos, del peatón, del automovilista a quienes asiste la libertad de tránsito,  pues no hay capacidad oficial para removerlos y limpiar banquetas y carril de baja velocidad que han sido robados por los callejeros, ante la indolencia, complicidad y complacencia de funcionarios de ambos niveles de gobierno capitalinos (delegacional y central).

No vamos lejos. En Eje 1 Norte, Tepito, desde el Eje Central hasta Circunvalación, el comercio informal es dueño absoluto de banquetas y carril de baja, con la indiferencia del Jefe Delegacional en Cuauhtémoc (Morena), Ricardo Monreal Ávila, del Titular de Seguridad Pública (Tránsito) Hiram Almeida Estrada y del omiso Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, en donde los callejeros deciden qué hacer con esa vía.

Otro escenario peligroso, en donde el ambulantaje reina, es la explanada del Metro Tacubaya, en donde todos los accesos a las instalaciones del Sistema, están bloqueadas, por puestos ya fijos, improvisados, movibles, etc. de ropa, comida, chacharas, chelerías y más, representando un peligro para el usuario, ante una potencial emergencia.

De este punto, quien esto escribe, cuestionó en un desayuno con el Director General del STC, Jorge Gaviño Ambriz, convidado por la ANPERT, que si algún día quitarían de las plazas del Metro (Pino Suárez, Taxqueña, Tacuba, Pantitlán, Auditorio, y decenas más) al comercio informal. Su respuesta fue impactante: “tal vez nunca. Es muy difícil. Estamos negociando con ellos”, Esto último fue descabellado ¿Qué no es autoridad para ejercer un Acto de Derecho, para limpiar estos espacios  por seguridad, tranquilidad, comodidad, del usuario, antes de que ocurra una lamentable tragedia.

De ese tamaño es la indolencia de las autoridades ante los “convenientes acuerdos” con los líderes de la informalidad en detrimento de los capitalinos.

A los explotadores de los espacios en vía pública, los inspectores, policías, funcionarios delegacionales y centrales los tienen ubicados; saben que cobran a cada interesado en “vender” una cuota fija diaria por metro cuadrado; de ésta una parte va al “entre” para la autoridad, una más a la policía para que los deje “trabajar” y la mayor tajada para el líder; muchos de ellos, además, agraciados con una diputación local espacialmente del PRD y PRIen la ALDF.

Recientemente, otra vez la Delegación Cuauhtémoc, del Moreno, Monreal Ávila, vecinos, comerciantes legales, transeúntes cotidianos que utilizan el Metro Insurgentes, de las calles Jalapa, Puebla e Insurgentes, motu proprio tuvieron que “convenir” con esta lacra ilegal un Acuerdo para que sus puestos, especialmente los insalubres de comida, dejen libre las rampas para discapacitados,  entradas de cocheras, no invadir jardineras y sobre todo al terminar su “jornada laboral” lavar, desinfecten y no dejar insumos de alimentos, pues  ese desaseo provoca la proliferación de fauna nociva, ratas, ratones, cucarachas, hormigas, perros callejeros, moscas, pésimos olores y grasa en banqueras y carril derecho que produce olores putrefactos por arraigarse en el piso.  

O sea, la labor de las autoridades tuvieron que hacerla quienes habitan, transitan y trabajan en los comercios de la zona, para minimizar el impacto ambientan nauseabundo, peligroso e insalubre; cuando por un acto de autoridad  la Delegación y/o el GCDMX deberían resolverlo.

Para decirlo pronto. Este es el texto en una lona que los vecinos de las calles Jalapa y Puebla, Col. Roma, Delegación Cuauhtémoc, colocaron para “negociar” con los informales. Dice textual “estimados puestos ambulantes: antes que nada queremos decir que nadie tiene nada contra sus puestos, pero para una convivencia amable y tolerable les pedimos dejar libre los pasos peatonales de un metro en esquinas y las rampas para minusválidos”.

Qué necesidad de llegar a esto. Las autoridades de los dos niveles (delegacional y central) omisas, indiferentes, valemadreras.

Los intereses políticos, corporativos y económicos prevalecen sobre el Estado de Derecho del ciudadano que puntual y cívicamente paga sus impuestos: predial, alumbrado público, seguridad, agua potable. Pero su Derecho a una vida tranquila, en paz, se ve roto, ensuciado, prostituido por la complicidad, corrupción y desinterés de las autoridades de hacer bien su trabajo.

Es una realidad. Ni banquetas, plazas públicas, explanadas, carriles bajos, pasillos de uso común deben ser invadidos, robados, utilizados y comercializados por vendedores ilegales, bajo el peregrino argumento, oficial, de ofrecer oportunidades de empleo a jubilados, pensionados, de la tercera edad, desplazados, discapacitados y más; porque esos “negros ingresos” del “entre” jamás son integrados a la hacienda delegacional o central, se quedan en unas pocas manos turbias de corrupción e impunidad.

Han pasado casi 18 años en los que el PRD ha sido administrador del Gobierno del DF, primero, hoy Ciudad de México, y lejos de corregir este pecado capital mancerista –al menos los últimos 3 años 7 meses- se ha disparado por toda la Metrópoli en una mal sana actividad comercial subterránea.

A  pesar de existir en el Centro Histórico decenas de Plazas Comerciales diseñadas ex profeso para el comercio ilegal, los beneficiarios prefieren las calles, dejando como bodegas esas instalaciones, con la complacencia de las autoridades capitalinas, que tampoco las recuperan (decomisan) para no enfadar a sus poseedores y en época electoral no les suministren los votos a sus partidos para ganar posiciones locales y federales.

El corporativismo en todo su esplendor. ¡Desde luego no estoy descubriendo el hilo negro, ni el agua tibia! Pero de lengua, dice el refrán, “me como un taco”. Y los vecinos, comerciantes legales, transeúntes, conductores de autos, etc. en donde se topan con un puesto ambulante, recuerdan que Mancera Espinosa prometió “gobernar juntos” y ese lema de campaña es letra muerta, pues los capitalinos quisiéramos recuperar la Ciudad de los años 70, 80 y 90’s, en donde se vivía con tranquilidad, seguridad, con gusto y la Alameda Central, el Zócalo, el Bosque de Chapultepec, fueron sitios familiares, de paseo dominical, sin la atroz presencia de tantos vendedores ambulantes.

Aquella Ciudad de los Palacios, la Región más transparente del aire, hoy es una monserga, invadida de comercio informal, asaltantes, prostitutas, niños de la calle, saturación y por consecuencia caos vial, ante la incapacidad o dolo de la policía y los agentes de tránsito, que al parecer disfrutan de la desesperación, enfado, ira e impotencia de los conductores o víctimas de la delincuencia.

La Ciudad de México, lamentablemente, la convirtieron en un enorme tianguis, en mercado sobre ruedas, en donde la prioridad de las autoridades es obtener “el entre”, sin importar haber perdido la calidad de vida a la que aspiramos los capitalinos.

Nunca como hoy toma vigencia la frase, salida de lo más íntimo de su ser, de la Doña, María Félix, cuando después de caminar por el centro del DF, y ante el impresionante cúmulo de vendedores callejeros, “toreros”, pedigüeños, teporochos,  niños de la calle, puestos de comida, etc. espetó convencida “el centro de la Ciudad apesta a meados”. Le doy la razón.

Muy cerca de las oficinas de Miguel Ángel Mancera, en la explanada del histórico Teatro Blanquita, sobre Eje Central y Mina, se ha arraigado un campamento de adictos al “chemo”, thinner, alcohol, mariguana, promiscuidad, en donde cohabitan sucios indigentes con sus flatulencias de heces, orines, restos de comida podrida, con hijos y mujeres.

Ese no es el DF que nuestra generación heredó a la actual; esto es resultado de la incapacidad y simulación de gobernar; y me refiero a los dos gobiernos, delegacional y capitalino.

Mientras esta descomposición de la Capital de la República se da, quien la gobierna está más ocupado en su futuro político, buscando la nominación presidencial de algún partido (PRD, PRI) o independiente, sin importar la pérdida de la calidad de vida de quienes hacen Ciudad.

Triste realidad de un pseudo político que en 2012 arrasó electoralmente con más del 71 por ciento de los votos capitalinos, que en alguna parte del 2013 al 2015, perdió la brújula, y hoy es víctima de sus propios errores, horrores y pésima asesoría de su consejero de cabecera Luis Serna Chávez y de su primer círculo que sólo buscan llegar a Los Pinos en 2018, ignorando la responsabilidad de administrar (gobernar NO, porque no saben) la Ciudad más importante del país.

*Miembro de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión (ANPERT)