En sesión de Congreso General, la diputada María Alemán Muñoz Castillo expresó que la desigualdad en el Siglo XXI ya no es asunto de izquierdas y derechas o de Estado contra mercado; requiere de ambos y de un sector productivo creativo que dé al país y a su gente un modo honesto para mantener a sus familias con dignidad.
Al fijar la postura del grupo parlamentario del PRI, dijo que en el nuevo mundo la economía, seguridad, igualdad y el bienestar son parte de un mismo proyecto. “No se puede alcanzar la paz social si lo demás no funciona”. Añadió que el COVID-19 representa el fin de una época para la humanidad. “El nuevo mundo al que tendríamos que estar llevando a México está a punto de zarpar y nosotros no estamos listos”, advirtió.
Subrayó que no se puede construir el futuro con las estrategias del pasado, por lo que propuso un punto de encuentro entre el gobierno federal y el grupo parlamentario del PRI: “arreglemos la economía porque cuando la mejoremos vamos a recuperar la paz, el rumbo y vamos a producir suficiente riqueza para darle un mejor futuro a las y los jóvenes, ofrecer mejores oportunidades de educación y desarrollo a todas las mujeres de México”.
Muñoz Castillo llamó a dejar atrás el pasado de encono y polarización social, por lo que pidió al Ejecutivo federal dejar de dividir a México. “Solamente unidas todas y todos volveremos a estar bien. Vengo a exigir en nombre de toda mi generación, de la gran clase media mexicana y de las mujeres, que nos devuelva el derecho a tener un mejor futuro”, afirmó.
Resaltó que el PRI están poniendo en el centro de su proyecto la economía ciudadana como herramienta para hacer de México un país más justo para las mujeres y los jóvenes. “Coincidimos en la imperante necesidad de erradicar la corrupción y en el propósito de poner al gobierno al servicio del pueblo y no de algunos políticos y sus mafias”.
Para combatir la corrupción, subrayó, se requiere de instituciones fuertes con funcionarios públicos capaces. Se necesita de instituciones autónomas que no estén subordinadas a ningún poder, ni al de las empresas y menos al poder del Presidente.
Coincidió con la premisa del Ejecutivo federal de que “primero los pobres”. No es justo que en el mismo país, incluso en el mismo kilómetro cuadrado, existan realidades tan opuestas como quien lo tiene todo y quien no tiene nada. Los programas de transferencia directa son necesarios. Apoyar con dinero a quienes más lo necesitan no está mal, de hecho, en el PRI hemos respaldado propuestas como el Ingreso Mínimo Vital, puntualizó.