A unos días de la fecha prevista para el segundo “gasolinazo” del mes y el tercero del año, el diputado Julio Saldaña Morán demandó nuevamente al Ejecutivo Federal y a su Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) regresar los precios de los combustibles a los niveles que tenían en diciembre de 2016 para ya no lastimar más la economía del país ni, sobre todo, la de las familias de menor ingreso.
“No más gasolinazos que sólo favorecen a las empresas privadas transnacionales”, reiteró el parlamentario federal perredista, quien insistió en que difícilmente el presidente Enrique Peña Nieto puede lograr la unidad nacional para enfrentar las agresiones de Donald Trump, su homólogo estadounidense, si su mismo gobierno persiste en traicionar y agredir a los mexicanos con medidas económicas lesivas que causan más pobreza, fracturan la cohesión social y desunen a sus diferentes grupos y sectores.
Eso –denunció- es lo que el gobierno priista hizo con su reforma energética privatizadora, resultado de la cual es la liberalización de los precios de los combustibles y el llamado “gasolinazo” de enero.
En este sentido, insistió en que no basta con que se haya suspendido el primer “gasolinazo” de febrero ni que, eventualmente, se haga lo mismo con el previsto para el 18 de este mes, pues la afectación al poder adquisitivo de la población con el primero fue brutal, como lo prueba el elevado índice inflacionario de enero. Por eso es necesario dejar éste sin efecto para regresar al anterior esquema.
En el mismo sentido, el legislador por Veracruz urgió a la SHCP a que acepte y atienda el exhorto que recién le hizo la Cámara de Diputados para agilizar e incrementar los estímulos fiscales a los expendedores de la frontera norte, la gran mayoría de ellos pequeños y medianos empresarios, ya que bajo el actual esquema van derecho a la quiebra económica, con la consecuente pérdida empleo y mayor deterioro en perjuicio de muchas familias mexicanas.
Apuntó que el estímulo fiscal para estos empresarios data de antes de la liberalización de los precios de los combustibles, pero su aplicación y el acceso a sus beneficios es tan insuficiente y lento que llega tarde.
El estímulo consiste en que cada mes los gasolineros pueden deducir del Impuesto Sobre la Renta (ISR) un monto equivalente al Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios (IEPS) correspondientes a sus enajenaciones totales de combustibles.
El Secretario de la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados aclaró que acreditar el estímulo fiscal tarda mucho, lo que sumado a que las ventas de los gasolineros fronterizos se han desplomado hasta 50 por ciento porque los consumidores compran el combustible 30 por ciento más barato en Estados Unidos, de poco o nada sirve a las pequeñas empresas cuando se hace efectivo, pues la falta liquidez ya ha dificultado o cancelado su operación.
Sólo las grandes empresas o corporativos, cuyo domicilio fiscal muchas veces no está en la zona, tienen capacidad económica para soportar esos periodos.
Por ello es necesario elevar los montos del estímulo fiscal en materia del IEPS para esas pequeñas empresas en la región y que se les permita aplicarlo directamente al precio en que se les vende la gasolina, tal como se lo planteó la Cámara de Diputados a la SHCP.