Con el aporte de cifras que definen la grave situación en torno a la obesidad en la ciudad, el país y el orbe, los expertos participantes en el Seminario Prevenir es Vivir, organizado por la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación (SECTEI), advirtieron la necesidad de profundizar las medidas preventivas para evitar que esa enfermedad derive en padecimientos crónico-degenerativos y en las consecuentes causas de mortalidad.
Con el tema “Obesidad infantil y la obesidad”, este foro que se realiza en forma itinerante en las sedes de los Puntos de Innovación, Libertad, Arte, Educación y Saberes (PILARES) ahora se celebró en el centro Emiliano Zapata, en la alcaldía Coyoacán.
En la charla participaron la doctora Arely Vergara Castañeda, investigadora en Ciencias Básicas y Clínicas de la Salud de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad La Salle, y el doctor Felipe Vadillo Ortega, investigador en Ciencias Médicas y profesor titular, INMEGEN-UNAM.
La doctora Vergara Castañeda planteó que la obesidad infantil es una problemática a nivel mundial, no exclusiva de niñas o niños. “Es un padecimiento que se ha mantenido y hasta se ha disparado”. Nuestro país ocupa uno de los tres primeros lugares a nivel mundial.
En México, cuatro de cada 10 pequeños presentan alteraciones en su peso corporal. Conforme crecen, se mantendrán en ese estado, pues la prevalencia o frecuencia que se reporta aqueja a ellos y también a los adolescentes.
Maestra y doctora en Ciencias de la Salud con orientación en Epidemiología Clínica por la UNAM, Vergara Castañeda indicó que, en la adultez, siete de cada 10 tienen alteraciones de peso. “Una niña o niño en esa condición seguramente será un adolescente y un adulto obeso”.
Autora de 28 artículos científicos, la doctora Vergara reveló que como consecuencia de la problemática de este exceso de peso en niños se presentan realidades como que sea el quinto factor más relevante asociado a la mortalidad con grandes vínculos a cardiopatías, hipertensión arterial o diabetes.
“Un niño o niña así pueden presentar alteraciones metabólicas, dislipidemias (grasa en sangre), asma, problemas respiratorios, ortopédicos y de hígado; alteraciones hormonales, dermatológicas o del metabolismo”.
Para su prevención, recomendó un seguimiento y monitoreo permanente y una evaluación integral del estado de nutrición del pequeño y pequeña.
Después, en su intervención, el doctor Vadillo Ortega, advirtió que las enfermedades asociadas a la obesidad ocurren con el paso de los años. “Como son condiciones que toman tiempo para su desarrollo, las personas se acostumbran a verlas como normales, y no es así”.
Un aspecto que pasa desapercibido es la prevalencia de sobrepeso y obesidad que aparece cuando los menores están en periodo de lactancia con un nivel de entre tres y seis por ciento; al llegar a la etapa escolar, el nivel fluctúa entre el 35 y 38 por ciento.
“Por eso decimos que algo pasa en la fase preescolar que eleva de manera escandalosa la prevalencia de la obesidad”, puntualizó el especialista en fisiopatología de las complicaciones del embarazo humano.
Por ello, añadió, se han diseñado estrategias para prevenir que los niños acumulen más tejido adiposo antes de iniciar su formación en la educación básica.
En el país, existen algunas medidas de política pública que no son nuevas y que se retoman y profundizan como los sellos de advertencia en alimentos y bebidas, además de la Ley General de los Derechos de niñas, niños y adolescentes, aprobada nuevamente en diciembre de 2021, que prohíbe la venta de productos chatarra en escuelas públicas y privadas, de primaria y secundaria.
También figura la atención en los primeros dos mil días de vida que cubre la supervisión de la mujer embarazada y hasta que el niño/niña cumple cinco años: embarazo, lactancia, alimentación complementaria y dieta familiar.
A este respecto, refirió que el 70 por ciento de las mujeres en edad reproductiva tienen sobrepeso u obesidad. Por ello, las embarazadas deben acudir a un centro de salud para el seguimiento a su etapa de gestación y garantizar condiciones óptimas del producto y menos menos propensión a la obesidad.
Entre los factores preventivos, también citó la lactancia pegada al pecho en los primeros seis meses, porque la leche materna es el mejor alimento, pues permite que el metabolismo del bebé trabaje de manera óptima.
Al terminar esta etapa, indicó, se deben suministrar alimentos con nutrimentos requeridos como el consumo de carne roja preparada de manera especial, porque es la fuente más importante de hierro, indispensable para el desarrollo y crecimiento. “Este es otro de los programas que ofrece la Secretaría de Salud, porque ayuda a elegir los alimentos y porciones adecuadas, incluidas verduras y frutas”.
En este sentido, estableció que a los niños y niñas lactantes no se les debe ofrecer bebidas azucaradas porque es “un veneno metabólico”; propicia que el organismo empiece a acostumbrarse a esas cargas de endulzantes y desarrolle grasa corporal; tampoco debe dárseles golosinas o frituras.