LA SUSTENTABILIDAD PERMITE CONSTRUIR UN DESARROLLO MÁS ARMÓNICO

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El logro de la sustentabilidad es un propósito “que mucho preocupa a nuestras sociedades, no sólo porque representa una ruta para el mejor uso y aprovechamiento de recursos, sino también porque permite construir un desarrollo más armónico, señaló el doctor José Antonio De los Reyes Heredia, rector general de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Al dar la bienvenida a los participantes en la Jornada de Sustentabilidad Alimentaria, convocada por esta casa de estudios, la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación de la Ciudad de México (SECTEI) y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), entre otras instituciones.

El objetivo de dicha jornada es, de acuerdo con los organizadores, propiciar un espacio para el intercambio de iniciativas sobre sustentabilidad alimentaria, que busca mejorar el nivel de vida de los agricultores, aumentando las áreas productivas sostenibles de las asociaciones de trabajadores, mediante la incorporación de esquemas justos de comercialización y de valor agregado a sus productos tradicionales, manteniendo la biodiversidad y la provisión de servicios ambientales y la transformación hacia un desarrollo de agrosilvicultura y acuacultura urbana sostenible.

En su mensaje el doctor De los Reyes Heredia sostuvo que las iniciativas, políticas y acciones presentadas promueven una gestión inteligente de los recursos naturales, la aplicación pertinente del desarrollo tecnológico y la innovación, el fortalecimiento de los derechos alimentarios y el impulso a distintas actividades productivas que en mucho beneficiarán a los habitantes de la Ciudad de México.

En la UAM “tenemos muy claro nuestro compromiso con la sociedad mexicana por contribuir a la generación y aplicación de conocimientos que promuevan un desarrollo más incluyente” y una mayor inclusión de las comunidades en acciones que mejoren sus condiciones de vida en forma permanente.

“Estamos convencidos de que nuestra labor debe tener un alto impacto social, un profundo compromiso con el medio ambiente y una vocación innovadora y pertinente para transformar nuestro entorno”, señaló.

La maestra Lina Pohl Alfaro, representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), afirmó que en América Latina “vivimos la tormenta perfecta, pues venimos de una desaceleración económica, pasamos una pandemia que en términos de seguridad alimentaria ha sido una bomba atómica, ya que en dos años tuvimos en el mundo un incremento de 150 millones de personas que pasaron a una situación de hambre”.

El objetivo de llegar a un índice de hambre cero para el 2030 “se ve muy lejos” de lograrlo y por el contrario, más de 600 millones de individuos la padecerán “si seguimos en la ruta que estamos hasta ahora”.

Además alrededor de dos mil 300 millones de sujetos van a carecer de una alimentación adecuada en el presente año y tres mil 300 millones no tendrán una dieta saludable y nutritiva.

América Latina y el Caribe, una de las regiones más diversas del mundo, es el lugar donde es más caro consumir de manera nutritiva y saludable.

La representante de la FAO consideró que el tema de la alimentación es de una “relevancia brutal” que se ve agravado por el impacto de la guerra Ucrania-Rusia, dos países que tienen 30 por ciento de la producción de los granos del mundo y además son principales fabricantes de fertilizantes. La guerra está poniendo en jaque a la agricultura a nivel mundial, problemática a la que se añade el gran desafío del cambio climático.

En la FAO hay preocupación por un peligroso año 2023 en que los costos de los comestibles se van a disparar, considerando que en marzo de este año se tuvo un récord histórico del índice de precios, de acuerdo con los registros de la organización, por lo que discutir sobre la sustentabilidad alimentaria y las soluciones que se pueden ofrecer es de crucial importancia.

La doctora María Elena Álvarez-Buylla Roces, directora general del Conacyt, coincidió en que el mundo vive un momento clave y “necesitamos ciencia, tecnología y mucha innovación, pero también mirar a sistemas tradicionales de nuestros pueblos que nos dan raíz, pertinencia, sentido cultural y porvenir”.

Es en estos pequeños predios donde las comunidades campesinas de los pueblos, sobre todo de países de Latinoamérica y de México en diversas condiciones –algunas muy retadoras para la producción de alimentos– han demostrado una y otra vez su capacidad de obtenerlos de manera pertinente cultural y ambientalmente y sin destruir su entorno.

Por eso una articulación sustantiva como la que ha planteado la SECTEI desde la red ECOS deja ver que de lo que se trata ya no es de competir, sino de articular esfuerzos “no solamente entre las universidades, sino también entre los grandes especialistas sobre temas relacionados con los retos para producir suministros sin seguir destruyendo nuestra salud y nuestro ambiente”.

Se trata de una articulación sustantiva de capacidades para ir a las soluciones con base en el sustento riguroso de humanidades, ciencias, tecnologías e innovación, “pero sin olvidar nuestra raíz cultural y la potencialidad enorme de un diálogo de saberes profundo, constructivo y pertinente a cada sitio”.

Estas alianzas en torno a las áreas productiva y de suelo de conservación de la Ciudad de México son propuestas muy significativas a las que se suma el Conacyt, con entusiasmo y con los antecedentes de tres años de impulsar proyectos articulados a través de los programas estratégicos que comparten la filosofía de colaborar y de ir de los retos a las soluciones, uno de los cuales es el de soberanía alimentaria en donde ya hay proyectos en marcha.

La doctora Rosaura Ruiz Gutiérrez, titular de la SECTEI, destacó el trabajo de la Red ECOs, pues ha propiciado la participación de instituciones de gran relevancia del país en cuanto a investigación científica, tecnológica y humanística como la UAM, la UNAM, el IPN, el Instituto Nacional de Nutrición y el Conacyt, entre otras, las cuales comparten la convicción de la importancia del trabajo colaborativo.

Lo que se ha hecho desde hace más de tres años a través de ECOs es crear redes y hacer “esa conjunción de laboratorios que puedan colaborar y organizarnos entre todos en torno a un tema, en este caso el de la sustentabilidad alimentaria”.

La red ECOs de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación de la Ciudad de México es un órgano colegiado de carácter técnico, de consulta, de opinión, asesoría y análisis, auxiliar del Gobierno de la Ciudad de México en la planeación y el mejoramiento de la educación media superior y superior, la ciencia, la tecnología, la investigación y la innovación.

En la primera parte de esta jornada la doctora Álvarez Buylla hizo la presentación del proyecto Red de Productores y consumidores de alimentos sanos derivados de maíces nativos, cuyo objetivo es construir una red solidaria de campesinos y campesinas y consumidoras y consumidores de productos derivados de maíz nativo libre de agrotóxicos y transgenes que permita mejorar la nutrición, contribuir a la preservación de la riqueza biocultural del país y mejorar los ingresos de las y los productores agrícolas.

La denominada Red ALISA busca evitar intermediarios entre la persona que produce y la que consume, procurando precios más justos para uno y otro y una mayor estabilidad para las actividades agrícolas; propiciar una proximidad física entre lugar de obtención y de uso reduciendo los gastos de traslado y energía, asumir una responsabilidad compartida de productores y consumidores por la conservación de los agroecosistemas donde se generen los comestibles, alcanzar visibilidad y aprecio por los campesinos/as, sus conocimientos y su trabajo, así como de su pertinencia cultural y valoración del legado cultural y de los alimentos propios (600 platillos documentados a base de maíz), así como mejorar la calidad de la nutrición y lograr una relación campo-ciudad más equitativa.

La doctora Ruiz Gutiérrez presentó la propuesta de creación del Centro Articulador para la Sustentabilidad Alimentaria en la Ciudad de México, sobre el cual se cumplirán las etapas de instalar las Redes de Colaboración a través de convenios y de la aprobación de los lineamientos de cooperación de las mismas.

Además de diseñar el Plan estratégico que fomente la sustentabilidad alimentaria y la preservación del suelo de conservación y sus servicios ambientales, y crear el sistema de información del ecosistema productivo en materia de sustentabilidad alimentaria y medio ambiente, que incluya el conjunto de datos pertinentes de las partes involucradas.

Uno de los objetivos de este centro es la creación de una Red de Laboratorios de Sustentabilidad Alimentaria (Red LABSA) en el cual se tiene ya la participación de laboratorios del IPN, del Instituto de Estudios Superiores “Rosario Castellanos”, de la UNAM, de la Universidad de Arizona, así como del Grupo de Salud, Alimentación y Productos Nutracéuticos de la Unidad Cuajimalpa de la UAM, el Grupo Agroecosistemas del campus Xochimilco, el Laboratorio de Biopolímeros de Iztapalapa, y la Planta piloto de Biotecnología de la misma sede académica de la UAM.

Durante la jornada se llevó a cabo una exposición de productos de investigación, entre los que se encuentran dos de la UAM: un Prototipo y filtros para eliminar detergentes y materia orgánica de agua residual, de la doctora Judith María de Lourdes Cardoso Martínez, del Departamento de Física de la Unidad Iztapalapa/Instituto Politécnico Nacional, y Material Absorbente y Lombricomposta de Lirio acuático, del doctor Ernesto Favela Torres, del Departamento de Biotecnología de esa sede académica.