A una semana de la Navidad, se multiplican nuevamente las restricciones en el mundo ante la variante ómicron del coronavirus, con la cancelación de festividades o el cierre de sitios culturales, mientras crece la presión sobre los no vacunados.
La variante, identificada un mes atrás en Sudáfrica, ha sido detectada en cerca de 80 países y avanza aceleradamente en Europa, donde podría convertirse en dominante para mediados de enero, según la Comisión Europea.
Varios países europeos reforzaron las medidas sanitarias al acercarse las fiestas de fin de año.
En Irlanda, los bares y restaurantes deberán cerrar a las 20 horas a partir del domingo, y la medida se mantendrá hasta finales de enero.
En tanto Dinamarca, que registró el viernes un récord de 11 mil contagios, de los cuales 2 mil 500 eran de ómicron, va a cerrar durante un mes, a partir del domingo, los teatros, cines y salas de concierto, así como parques de atracciones y museos.
En Francia, el gobierno pidió a las alcaldías cancelar los conciertos y fuegos artificiales previstos para la noche de año nuevo.
En Asia, Corea del Sur restableció el sábado horas de cierre obligatorio para cafés, restaurantes, cines y otros sitios públicos, y los encuentros privados deben ser limitados a cuatro personas.
También volvieron a entrar en vigor el fin de semana medidas de restricción de viaje.
Francia restableció a partir del sábado la obligación de presentar “motivos urgentes” para viajeros procedentes o que se dirigen a Reino Unido, que registró por tercer día consecutivo un nuevo récord de contagios, con 93 mil045 casos.
Algunos países de la Unión Europea (UE), como Irlanda, Portugal, Italia y Grecia, exigen a los viajeros europeos, incluso los vacunados, presentar una prueba negativa de covid-19.
Alemania, que el viernes clasificó a Francia y Dinamarca como zonas de “alto riesgo”, impondrá un período de cuarentena a los visitantes no vacunados. A partir del domingo, la medida se aplicará también a visitantes de Noruega, Líbano y Andorra.
Presión sobre no vacunados
Las medidas se acompañan de presiones crecientes sobre personas no vacunadas, que en algunos casos van más allá de la obligación de inocularse.
En Los Angeles, todos los empleados de la ciudad, incluyendo policías y bomberos, que no hayan recibido una exención por motivos médicos o religiosos, deberán estar vacunados a partir del sábado so pena de ser puestos en licencia administrativa.
Según los servicios de la alcaldía, poco más de 43.800 de los empleados, o 79% del total, estaban al día con la vacunación esta semana.
La obligación de vacunarse fue fuertemente disputada por algunos policías y bomberos que acudieron a los tribunales para intentar suspender la medida.
Según la televisora NBC, cerca de 80% de los policías de Los Angeles están vacunados contra el covid-19 y más de 2 mil pidieron exenciones.
Una corte federal estadounidense reinstaló la vacunación obligatoria para empleados de empresas grandes, como lo pidió el gobierno, luego de que fue suspendida en noviembre por un tribunal de apelaciones de Texas.
En Suiza, a partir del lunes, solo personas vacunadas o recuperadas del virus tendrán acceso a restaurantes, sitios culturales e instalaciones deportivas y de diversión, además de cualquier evento en interiores.
Un requerimiento similar entrará en vigor en Francia a inicios del próximo año, anunció el viernes el primer ministro, Jean Castex.
Vacunación de niños
En tanto, la vacunación se extendió a los niños en Brasil, luego de que se comenzó a aplicar en Chile, Canadá, Estados Unidos, Israel, Portugal, Italia y Grecia.
En Francia, el Comité de Ética se pronunció el viernes a favor de vacunar a los niños de 5 a 11 años, aunque lo dejó a decisión de los padres.
La farmacéutica Pfizer anunció el viernes que pretende probar la tercera dosis de la vacuna en niños menores de cinco años, lo que podría llevar a la empresa a someter un pedido de autorización de aplicar tres dosis en esa faja etárea.