Artemisa L. Vázquez Alanís
“Desde que existe el libro nadie está ya completamente solo, sin otra perspectiva que la que le ofrece su propio punto de vista, pues tiene al alcance de su mano el presente y el pasado, el pensar y el sentir de toda la humanidad”, escribió Stefan Zweig en su volumen de ensayos Encuentros con libros.
Y qué mejor compañía que un libro en las horas previas al sueño, ese periodo de descanso indispensable para el ser humano; leer entre 30 minutos y una hora antes de dormir, ayuda a reducir significativamente los niveles de estrés, además de que aumenta las escalas de felicidad, según reveló un estudio realizado por la Universidad de Sussex en Gran Bretaña.
La investigación, que llevó a cabo el psicólogo David Levis, miembro de dicha universidad y del Mind Lab International (consultoría de investigación independiente establecida en 2000, cuya misión es amplificar el potencial humano), confirmó que con tan sólo seis minutos de lectura antes de dormir se reduce el estrés acumulado durante el día en un 68 por ciento, por lo cual resulta más relajante que escuchar música, pasear o mirar la televisión, ya que prepara la mente para el sueño activando los músculos y el corazón.
El especialista recomendó que la lectura de antes de dormir se haga en libro de papel ya que activa la memoria y la concentración; explicó que el libro electrónico para la lectura antes de dormir daña el patrón de sueño y en consecuencia la salud.
Al respecto, un equipo de investigadores de la Escuela Médica de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, descubrió que quienes utilizan libros electrónicos con luz integrada o retroiluminados tardan más en dormir, lo cual deriva en una peor calidad del sueño durante la noche y en un mayor cansancio por la mañana. Ya ampliaremos este tema en una columna, más adelante.
Leer antes de dormir tiene insospechados beneficios, es una excelente manera de cuidar la salud y la del cerebro e incluso puede cambiarnos la vida en muchos sentidos porque la mente se distrae y se aleja de las presiones cotidianas, mejora la memoria a largo plazo, los músculos también se relajan, además de que la respiración se ralentiza y se vuelve más rítmica, demostró un estudio llevado a cabo por la organización The Sleep Council de Reino Unido, una entidad independiente sobre la salud del sueño que comparte consejos y herramientas para un sueño reparador, apoya la investigación y promueve el tema del sueño en la agenda de salud pública.
El informe de esta institución británica destacó la necesidad de buscar tiempo para relajarse antes de dormir, lo que ayudará a mejorar la calidad del sueño; “la forma más popular de relajarse al final del día es ir a la cama con un libro: más de cuatro de cada diez (41 por ciento) personas hacen esto, pero el número aumenta al 44 por ciento de las mujeres, en comparación con el 38 por ciento de los hombres”, indicó dicho estudio; de hecho, el 39 por ciento de las personas que tienen la costumbre de leer antes de irse a dormir, duerme muy bien.
Otros análisis al respecto, como el realizado por la Universidad de Oxford (Gran Bretaña) sostiene que leer también hace más feliz a la gente, mientras que otro de la Universidad de Toronto (Canadá) asegura que este hábito favorece la empatía; leer antes de acostarse o en la cama no solo ayuda a dormir, sino que permite dormir mejor.
“Hay solo dos cosas con las que uno se puede acostar: una persona y un libro”, decía el escritor estadounidense Ray Bradbury, y aunque pudiera parecer una exageración, baste saber que las investigaciones científicas coinciden en que la lectura antes de dormir es una sencilla forma de felicidad a la que nadie debería renunciar, aumenta la concentración y la creatividad, muestra nuevos mundos, personajes y palabras, lo cual hace que las perspectivas se amplíen, así como la capacidad para resolver problemas.
Además, está comprobado que mejora la salud mental, tan es así que algunos médicos europeos ya prescriben libros a personas con síntomas de depresión o ansiedad, porque es innegable que leer puede ser una fuente de motivación y de conexión con uno mismo, lo cual no solo ayuda a ir a dormir tranquilos, sino a vivir mejor.
La Fundación de ACE-Barcelona Alzheimer Treatment and Research Center descubrió que el riesgo de desarrollar demencia en personas mayores se puede retrasar o incluso prevenir con la lectura y ha destacado la importancia de la lectura en enfermos de Alzheimer, ya que así se ayudan a mantener su actividad cognitiva y retardar los efectos del mal.
Por su parte, Raymond Mar, psicólogo de la Universidad de York en Canadá, ha efectuado numerosos trabajos y estudios para defender la siguiente premisa: la lectura ayuda a los individuos a ser más empáticos.
Las novelas ofrecen una oportunidad única para desarrollar esta capacidad, aseguró el especialista, y el hecho de leer antes de dormir mejora aún más este proceso, pues a esas horas nos focalizamos mucho más en nuestras lecturas, estamos más centrados para captar esas emociones, para hacerlas más vívidas en nuestro cerebro.
Mientras que el doctor Carlos Egea, jefe de la Unidad del Sueño de la Organización Sanitaria Integrada de Álava y miembro de la Sociedad Española de Sueño (SES), explicó que en la sociedad globalizada el estrés provoca el diez o 15 por ciento de todos los problemas, incluido el sueño, y es que, si la persona se va a la cama estresada, preocupada, incapaz de cambiar su pensamiento, no se va a dormir, de manera que el acto de leer resulta positivo, saludable.
Leer y hacer de esa lectura la propia película genera un ejercicio mental que desconecta al individuo de su mundo, de su día a día, y lo introduce en otro diferente. La lectura y el estado emocional están muy relacionados, y éste último constituye un factor importantísimo de cara al sueño, así que leer y dormir forman muy buena pareja, señaló el doctor Egea.
Y un beneficio más de este hábito es que quienes leen antes de dormir descansan en promedio de una hora a 37 minutos más de los que no leen, según datos de una encuesta aplicada en un universo de mil personas por el fabricante británico de colchones Sleep Junkie, también patrocinador de investigaciones sobre el sueño.
Esta encuesta concluyó que la lectura puede conseguir que la transición entre vigilia cotidiana y las nieblas del sueño se vuelva suave, gradual y placentera, como una versión adulta de aquellos cuentos que padres y abuelos solían contar a los pequeños al acostarlos.
Así que ya no hay excusa para recuperar el hábito de tener un libro en la mesita de noche.
¡Buenas noches y mejor lectura!