La diputada Mildred Concepción Ávila pidió a la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana vigilar redes sociales y eliminar páginas, cadenas de mensajes o juegos que promuevan conductas autodestructivas en menores.
A través de un punto de acuerdo en el que la morenista pidió implantar acciones con resultados tangibles para erradicar de retos de riesgo difundidos por personajes reales o ficticios.
La legisladora dijo que son varios los casos en los que se sospecha una estrecha relación entre este tipo de retos y la desaparición, las lesiones o, incluso, la muerte de una niña, niño o un adolescente.
Hizo referencia al reto suicida denominado “La Ballena Azul” que consiste en 50 desafíos con violencia física y psicológica durante 50 días; en 2017, éste cobró la vida de una adolescente en Iztapalapa, quien habría seguido indicaciones a través de una comunidad de Facebook. En ese mismo año, otra adolescente, en Parral Chihuahua, fue hospitalizada tras lanzarse del segundo piso de su escuela.
En Tabasco, continuó, el año pasado se abrió una investigación y se pidió apoyo a la Policía Cibernética ante la posible conexión entre la desaparición de adolescentes y un desafío en las redes sociales conocido como el “reto de las 48 horas”, donde menores de edad desaparecen de manera voluntaria y durante un lapso de 48 horas y conforme a la reacción o acciones que emprenden las familias, suman puntos que los hacen ganar un juego.
El más reciente reto popularizado entre jóvenes y adolescentes es “el Clonachallenge” del cual, en febrero de este año, resultaron hospitalizados en Durango, 13 menores intoxicados, de entre 13 y 14 años, todos de una misma escuela. El desafío consiste en beber refresco mezclado con Clonacepan, un medicamento que induce el sueño; una vez ingerido, resulta ganadora la última persona en quedarse dormida.
Ávila Vera consideró que las autoridades tienden a intervenir cuando ya ocurrieron los hechos o ya hubo un daño considerable o la muerte de la niña, niño, o adolescente.
Las acciones de prevención, en general, se limitan a solicitar a la comunidad el cuidado y supervisión de las hijas e hijos respecto de las actividades que realizan en las redes e internet, lo cual, agrego, resulta insuficiente para proteger efectivamente a los menores.