Los capitalinos seguimos respirando heces. La autoridad omisa

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Ya no es un problema ambiental lo que le sucede a la Ciudad de México es una emergencia, una crisis ecológica que afecta definitivamente la salud de 14  millones de capitalinos, daña su movilidad, por el absurdo Hoy no Circula y Doble no Circula (sábado 21 de mayo: rojos y azules), el nacista Reglamento de Tránsito. Lo mejor) el impacto político/electoral que merecen Miguel Ángel Mancera, EPN, el PRD, el PRI, sus rémoras y los panistas que tampoco aportan o atinan a establecer un solución práctica, real para minimizar los altos índices de ozono y de cochambre que respiramos.

Mientras a los millones de capitalinos y visitantes que cohabitan en la CDMX, las cifras de 188 puntos de Imeca se les cuela en sus entrañas, que se manifiesta en ojos irritados, dolor de cabeza, garganta dañada, estrés; embotellamientos vehiculares que enfrentan a conductores, indiferencia de los agentes de tránsito ante el problema y la rapiña de los policías “autorizados para infraccionar”, a la caza de autos con placas impedidas para circular, los “responsables” de controlar o frenar esta suciedad, nomás se desentienden y prefieren realizar actos políticos, como Miguel Ángel Mancera ¿Jefe de Gobierno?, en día que se decretó la Fase 1 de Contingencia (viernes 20 de mayo) se encontraba en Can Cún, Quintana Roo, en respaldo del abanderado del PRD/PAN a la gubernatura, Carlos Joaquín González.

Mientras disfrutaba de las delicias del clima tropical de la península y de las cálidas aguas turquesa del Mar Caribe, en la capital del país las partículas contaminantes pulularon a lo largo del día de 140 a 188 índices.

En tanto EPN dándose un baño de estudiantes en el IPN discursando sobre las maravillas de la educación técnica del país por el 80 aniversario del Instituto. Mientras afuera en las calles de la Ciudad la contaminación invadía a las personas… y ellos en sus rollos.

Le recuerdo a ambos que las estadísticas por el asqueroso aire que respiramos millones de ciudadanos son YA alarmantes,  Inegi: 22 millones de capitalinos, a quienes impacta el ozono; 12 mil muertes (en el país) asociadas a ese mal. Ni GCDMX, Gobierno Federal, Secretarías de Salud (local y federal) quieren decir cuántos de esos 12 mil se han dado en el  ex DF –por algo será- Para la ONU, la metrópoli es la tercera zona urbana más poblada del mundo. Entre los municipios mexiquenses conurbados (19) a la CDMX y ésta, se tienen registrados más de 6 millones de automotores. Las fábricas e instalaciones de Pemex, CFE e industria privada, aportan hasta el 55 por ciento de los contaminantes. De ese tamaño es la tragedia… y los políticos, en su mundo, en su nicho de poder, valiéndoles madre, la crisis ambiental que padecemos.

Más aun, el inquilino del antiguo ayuntamiento, en pleno azote ecológico, sigue construyendo su candidatura al 18. Ya coquetea con los “independientes” el Bronco y su similar de Guadalajara, Enrique Alfaro, y se placea por varios Estados del país, “vendiendo” su electoral Programa “Médico en tu Casa”, exhibiendo su figura a nivel nacional, con recursos del erario de la CDMX, sin que nadie se lo impida y sobre todo que rinda cuentas.

Vuelvo a las cifras desastrosas que ambos gobiernos nos indilgan –y ni pío decimos- se cumplen esta semana 150 días de respirar porquería, y las autoridades sólo imponiendo medidas restrictivas a los automovilistas: los no circula, las multas y castigos por circular en día inapropiado, la amenaza directa del funcionarito –así de chiquito- de la Semarnat, Rafael Pacchiano, de imponer (dictadura perfecta, PRI), nuevas disposiciones, mas severas, a partir del 1 de julio, segundo semestre 2016 de la verificación vehicular, que nada bueno depara para los dueños de autos “viejos”; es decir una decisión clasista, de la que los priistas son especialistas.

Ya adelantó pacchianito  que todos los coches de 2005 hacía atrás no tienen derecho al holograma 0, discriminatorio, pues nuevamente la autoridad se basa en el año de fabricación del vehículo y no en la calidad, mantenimiento y atención que sus dueños dan al  motor.

Es decir, esta medida discriminatoria (GF, GCDMX)  afectará a más de 1 millón 900 mil propietarios de autos modelo 2005 y anteriores, por una decisión de escritorio tomada por un selecto grupo de burócratas divinos amafiados en la Comisión Ambiental de la Megalópolis (Came), quienes seguramente poseen o usufructan vehículos –propios u oficiales-  último modelo, por lo que la suerte de más de 2 millones de personas que no obtendrán el holograma 0, no les importa.

Ambas autoridades (local y federal) se van por la fácil, fregar al automovilista cautivo, el registrado en la base de datos de la Secretaría de Movilidad de la CDMX, restringiendo su libre derecho a circular todos los días, pese a haber pagado sus derechos: tenencia/refrendo, Alta o Baja vehicular, pago por licencia de conducir y de tarjeta de circulación, dos verificaciones al año; costo de parquímetro y su caso la multa por exceder el tiempo pagado (araña) y hasta soportar valets parking o franeleros.

Pero no actúan contra  las fuentes más agresivas de la contaminación: industria, refinerías, plantas generadoras de electricidad de la CFE, de la Empresa Productiva del Estado (Pemex), transporte pesado de carga  (tráileres) transporte público concesionado (camiones a diesel, combis, microbuses, vans, taxis, Metrobús, cargueros, etc.) a estos manga ancha para contaminar.

De los dos no se hace uno. El objetivo es afectar a los automovilistas, escudándose en la corrupción –no la descarto- de algunos Verificentros capitalinos, con quienes están coludidos, especialmente Tanya Mûller, psesudo Secretaria del Medio Ambiente de la CDMX, que a tres años y medios de gestión no ha sabido o querido someter a los verificentros tramposos, por así convenir a sus intereses.

También en el ámbito federal se da esta anomalía, en sus centros de control de contaminantes, los vehículos de carga y transporte, que usan como combustión el diesel, están fuera de control, en un amasiato perverso entre propietarios y autoridades. Baste sólo con ver las imágenes que a diario transmiten las televisoras  y observarlo  “in situ” para comprobar la emisión de humo negro que emiten sus mofles.

En la Ciudad de México es manifiesto el reto y desafío que a diario hacen los choferes de  combis, chimecos, vans, microbuses, piratas, etc. a las autoridades de tránsito y de ecología, circulando en día restrictivo y nada les hacen, no los detienen, porque sabemos que dan “el entre”, el cochupo, la extorsión, la dádiva… y siguen su camino.

Lo único cierto es que la incontrolable contaminación ambiental en la capital del país no es nueva, data de los tiempos de la Regencia con Manuel Camacho Solís y todos sus sucesores –priistas y perredistas- y ninguno por omisión, incapacidad, colusión e intereses político/económicos, ha sabido o querido resolverla, prefieren conservar sus nichos de poder, que impedir enfermedades respiratorias de la población.

No les importa, finalmente los afectados no protestan, ni inconforman o dan un golpe social para acabar con la corrupción y populismo de los funcionarios. Nos conformamos con obedecer dócilmente y permitir tantas anomalías.

Esto me lleva a asegurar que en esta emergencia ecológica de la Ciudad de México, por lo resultados que tenemos hasta ahora, “tenemos las autoridades que merecemos” ¿y saben por qué?, por pasivos, contempladores, sumisos, inactivos y dejados. Acatamos el no circulo normal o doble no circula… ni modo… pido aventón… pues ya qué. En tanto ambos gobiernos caminan indiferentes hacia el 2018 presumiendo magros “logros” (Médico en tu casa), o inflación controlada, etc. al fin que los mexicanos son dejados, ¿o me equivoco MAM, EPN?… ¡ya qué!

*Miembro de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión (ANPERT)