Lo peor de un gobierno que promete, se compromete y exhorta a “gobernar juntos”, no es ser malo y estar perdido, sino mentir y quien miente es mentiroso. Yo no lo califico, sino por “sus propias palabras os conoceréis”. A las pruebas me remito. En junio de 2015, en el Salón Oval, de la Jefatura de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, dijo en rueda de prensa: “nuestro anuncio en este momento es: no incremento de impuestos en el 2016, no creación de nuevos impuestos para el 2016, sino únicamente estaremos atendiendo a la actualización“. Abundó que su “administración sólo estará pendiente de la actualización por la inflación que establece Mentiras y promesa fácil, ADN de la administración capitalina el artículo 18 del Código Fiscal”.
Bueno, según cálculos del Banco de México y del Inegi, que estrena Director General, el índice inflacionario para 2015, será de 3 por ciento. Esta predicción la conocía el “sin partido” Mancera, desde junio pasado. Pero prometer para ganar votos y simpatías, es una traición a sus propias palabras, es decir, mentir.
¿A que voy? A exhibir a un gobierno “de izquierda” que no honra su palabra.
Otro regalo de fin de año para los capitalinos propietarios de un vehículo, es que el GCDMX, publicó en su Gaceta Oficial que a partir del 1 de enero subirán los costos (impuestos), no de 3% como señalara la inflación, sino 15 por ciento, para la verificación vehicular (en dos ocasiones al año), que pasará de 416 a 472 pesos por semestre (58 pesos más).
Y con lo que nos levantamos los capitalinos el jueves 31 de diciembre, es que además del infeliz nuevo Reglamento de Tránsito, el gobierno de Miguel Ángel Mancera, pegará también en los costos del refrendo vehicular (antes Tenencia) y en la adquisición de la nueva licencia para conducir. ¡¡Y prometió no subir impuestos, eeh!!
Ahora para que pueda circular con su automóvil quien vive en el DF, pagará más por su uso. Ahí le van las nuevas tarifas: el refrendo vehicular subirá 22 pesos; es decir, de 455 a partir del 1 de enero costará 477 pesos, o sea 9 por ciento (no 3 que será la inflación 2015)
Para obtener o actualizar la licencia de conducir, con el regalo de Miguel Ángel Mancera, a quienes prometió gobernar con Ala de Izquierda, su Código Fiscal 2016, dispone que el documento tipo A para manejar vehículos particulares y motocicletas costará 725.50 pesos, o sea 21 pesos más. Que quede claro, no es ajuste al precio de los servicios, sino incremento de impuesto por la prestación del mismo.
No abundaré en más detalles del incremento a los demás tipos de licencia de manejar, con este ejemplo es suficiente para confirmar, que es muy fácil mentir con seis meses de anticipación, jugándole a que las personas suelen olvidar las cosas; pero Mancera olvida que vivimos en otros tiempos, en los que los medios de comunicación, los periodistas, los columnistas, comentaristas, conductores, editorialistas, etc. tenemos archivos informativos y éste es el caso. Desempolvé la versión estenográfica de la rueda de prensa de aquel lejano 24 de junio de 2015, en donde hizo una promesa, en donde empeño su palabra… y 180 días después la quebranta… ¡Para eso me gustaba!
Nuestra labor como medio entre la “autoridad” capitalina y el público es esto, recordar las falsas ofertas del funcionario público (no dije político, porque dista mucho de serlo) de fácil promesa, que esconde imagen mediática para caer bien, pero que al final del día por su propio peso cae, o como dice el refrán “el pez por su propia boca muere”
Y no es que sea algo personal contra el susodicho inquilino del Antiguo Palacio del Ayuntamiento, sino evidenciar que el engaño, el embuste y la impunidad no deben ser el día a día de un funcionario que pretende llegar a la elección presidencial de 2018 a base de mentiras.
Le doy otros ejemplos. Nos impuso, por sus pantalones, un Reglamento de Tránsito –recaudatorio/electoral- para obtener dinero a base de acoso, castigo y multas, pero… sólo dirigido a quienes conducimos un vehículo, sustentado en una ineficiente Ley de Movilidad, que nada más castiga al ciudadano y no a la autoridad.
Con motivo de la celebraciones de Navidad y Año Nuevo, de manera flagrante, violando la propia Ley de Movilidad, el gobierno mancerista roba los carriles centrales de Paseo de la Reforma, desde la Fuente de la Diana Cazadora, hasta su cruce con Insurgentes, para montar en el Ángel de la Independencia el escenario para ofrecer a los defeños y visitantes “pan y circo”, una actitud populista, impidiendo el libre tránsito vehicular y saturando infernalmente, las laterales de la avenida, con la displicencia, prepotencia y agresión de los agentes viales, los mismos autorizados para infraccionar a los automovilistas.
Respecto a lo anterior, con el permiso de www.reforma.com y de mi colega y amigo Sergio Sarmiento, retomo parte de su Columna “Jaque Mate”, del miércoles 30 de diciembre y cito textual: “el GDF ha adoptado como propia la vieja admonición latina de dar pan y circo, panem et circenses, a los ciudadanos. El Paseo de la Reforma, por ejemplo, fue cerrado ayer por la policía. Tampoco este cierre está ordenado por el nuevo Reglamento de Tránsito. El gobierno capitalino ha decidido más bien presentar un nuevo concierto de fin de año, pero no en un lugar idóneo, en un auditorio por ejemplo, sino en plena vía pública.
La Ley para la Celebración de Espectáculos Públicos en el Distrito Federal prohíbe, en su artículo 55, -la celebración de espectáculos públicos en la vía pública, parques o espacios públicos-. Y con razón. El cierre de Reforma está causando perjuicios a quienes todavía están trabajando y a los vecinos, pero de qué sirve ser gobierno si no puede uno violar la ley”.
“La norma ambiental NADF-005-AMBT-2013 establece que -los límites máximos permisibles de recepción de emisiones sonoras- en la Ciudad de México serán de 65 decibeles de las 6:00 a las 20:00 y de 60 decibeles a de las 20:00 a las 6:00. Pero el gobierno se está preparando para violar esta norma ambiental en su concierto del 31 de diciembre, en el cual se esperan emisiones de 120 decibeles. Ahí está el circo. Además el GDF utiliza recursos públicos para repartir miles de cenas el 24 de diciembre y de pavos el 31. He ahí el pan”.
“La apuesta del gobierno, por supuesto, es que sus acciones afectarán a menos personas de los votos que podrán comprar. A los políticos poco les importan los derechos de las minorías, de los repartidores de motocicleta o de los vecinos de las colonias Cuauhtémoc y Juárez. Quieren los votos de decenas de miles que acudirán a la fiesta o que recibirán cenas y pavos” (fin de la cita).
¿Quién infraccionará al GCDMX por violar las Leyes de Movilidad y de Celebración de Espectáculos Públicos en el DF?, nadie, quedará en la más vergonzante impunidad, mientras sí, castiga a los conductores de autos y motocicletas a criterio de sus policías viales o del bullying representado por sus “fotomultas”.
Pero esto tiene sin cuidado a Miguel Ángel Mancera, no le importa. O su Coordinador de Comunicación Social, Julián Andrade Jardi, no le informa puntualmente de la irritación social, del descontento ciudadano, del rechazo a la indiferencia, soberbia o incapacidad para gobernar este bella ciudad. Al vocero le paso el tip para que se eche un clavado a las Redes Sociales y a los foros de opinión en los Portales de diarios capitalinos y nacionales.
A ver Julián, te dejo tres ejemplos. Por respeto a este medio que me brinda la oportunidad de dirigirme a sus cibernautas, a la Ley de Imprenta y al Código de Ética de este espacio, sustituiré las palabras ofensivas hacia Miguel Ángel Mancera, por signos, pero todos entenderán el sentir popular por la implementación del nuevo Reglamento de Tránsito, por el aumento al precio de la verificación vehicular, etc. Esto es real y lo saben los empleados del gobierno capitalino que le manejan las Redes Sociales su jefecito.
Primero: “si les preocupara la contaminación harían algo con los peseros a quien nadie pone en orden y se estacionan en doble y triple cola, a media calle o donde se les ocurre (no en paradas específicas como en cualquier país civilizado) Además con reserva territorial en vía pública para “encierro” de sus unidades, esos si que contaminan y ahora con la enorme cantidad de vehículos carcacha que aunque pasen la verificación mediante corruptelas de las que sabe Mancerita provocan que los recorridos sean más largos…y los topes que todos sabemos son ultra contaminantes y que iban a “estudiar” la eliminación de muchos… Acá sólo se trata de sacarnos más dinero a cambio de… nada. Absolutamente NADA”.
Segundo: “Mmmm…OTRO MEGA-ATRACO del MEGA-EMBUSTERO de manCerda, quien se sigue VENGANDO de los automovilistas por haberle puesto en su m#$%& al pen&#%& “programa” HNC. Esto más el “nuevo” reglamento, más la “creación” de montones de INUTILES CICLOVIAS, más lo que se acumule…manCerda eres todo un &%$#/*[+”.
Tercero: “y los camiones de escuelas, transporte publico, basura, carga, Metrobús, etc., etc., esos si pueden contaminar? En la entrada de Plaza Oasis por Avenida Universidad siempre esta parada una patrulla ecológica, y unos inspectores a pie van revisando que los automóviles no contaminen y tengan las calcomanías de verificación, pero lo mas increíble es que pasan por ahí cientos de camiones que expulsan humo como chimeneas y no les dicen nada. Sólo detienen a los automóviles. Esto es totalmente ilógico porque los camiones son los que mas contaminan, por eso nadie le cree nada de lo que hace a Mancera y a Tanya Müller, solo buscan dinero fácil y no les importa la contaminación”.
Esta es sólo una muestra del sentir popular por las novedosas imposiciones del GCDMX en donde más duele a los capitalinos: el bolsillo y su tranquilidad. ¿Esta es la Ciudad que nos merecemos? No. Pero si la que la administración mancerista está empeñada en gobernar.
Lo más lamentable de todo esto es… la mentira
*Miembro de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión (ANPERT)