Luciérnagas, oportunidad de desarrollo científico en Tlaxcala

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El bosque de Nanacamilpa, en Tlaxcala, resguarda a la luciérnaga Macrolampis palaciosi, uno de los 22 tipos de luciérnagas que habitan en nuestro país, mismas que aún permanecen como un misterio para la ciencia por la falta de investigaciones que hay enfocados en ellas.

Nanacamilpa se ha vuelto famoso a través de los años por brindar un espectáculo lumínico, mientras las luciérnagas se muestran en los meses de julio a agosto de cada año, dándole no sólo vida al bosque sino cumpliendo un ciclo de realimentación en el que las comunidades generan ingresos y al mismo tiempo se vuelven protectoras de la especie.

Sin embargo, a la fecha se conoce muy poco del comportamiento de las luciérnagas –por ejemplo: cómo es el proceso mediante el cual la hembra de este escarabajo suministra el oxígeno necesario para descomponer las moléculas de luciferina y emitir luz– y si las universidades locales incitaran a sus estudiantes a estudiar a la Macrolampis palaciosi no sólo representaría un benéfico para el desarrollo científico de la comunidad sino que hasta las autoridades locales podrían generar mejores programas de conservación.

De acuerdo con la maestra en Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Tania López Palafox, son pocos los investigadores en el país que se enfocan a las luciérnagas y, por lo tanto, no hay muchos estudiantes que se interesen en el tema. “Muchas veces las personas prefieren irse con animales más carismáticos, más grandes”, dijo en entrevista para el Foro Consultivo Científico y Tecnológico.

Cualquiera podría pensar que entrar a un campo de estudio en el que aún hay mucho por descubrir sería atractivo para los investigadores, después de todo, si se sabe tan poco, todo nuevo descubrimiento vale oro en los círculos académicos, sin embargo, ese no es el caso cuando los fondos para la investigación escasean y los estudiantes de maestrías y doctorados saben que cuentan con tiempos limitados de investigación antes de que concluyan sus becas.

“Por eso muchos no quieren entrarle, resulta más complicado (…) es muy difícil meterte a un tema en donde se conoce prácticamente nada porque dos años no van a ser suficientes. Cuando se tienen más bases se invierte menos tiempo”, dijo la maestra.

López explicó que una solución al problema podría ser generar un programa de apoyo a mediano y largo plazos con los estudios de la especie, cuya financiación le corresponda al gobierno.

“El gobierno de Tlaxcala quiere hacer la vinculación (y dicen) ‘bueno, nosotros vamos a apoyar la investigación’ pero se queda ahí. Creo que ellos deberían ser los más interesados en poner fondos y apoyo con infraestructura”, comentó la investigadora.

Y, realmente, no se requiere una infraestructura especialmente compleja para lograr avances; de hecho, se podría generar colaboración con la comunidad porque hay muchas personas que ya las estudian en sus ratos libres, sólo que a la fecha esas observaciones nunca salen de sus anotaciones personales.

“Es cuestión de hacer los programas, como becas, incluso para estudiantes de preparatoria. Nosotros necesitamos a veces muchas personas para cubrir un espacio amplio, sería una opción que ellos nos ayudaran. Tienen la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UATX) y dan biología, también está el campus de la UNAM en Apizaco que sería una muy buena opción para hacer crianza de luciérnagas y conocer otras cosas”,

Al hacer esto la misma comunidad podría beneficiarse haciendo ciencia dentro del lugar. “Eso sería algo bien importante y bonito, que dentro de Tlaxcala, con lo que tienen, con las personas que crecieron en este entorno, hicieran investigación”, concluyó la experta.