Conferencia de Elizabeth Rembis Rubio, presidenta de la ANHG
(Primera de dos partes)
Ilustre jurista y maestro, el abogado Luis Rubio Silíceo fue además un incansable promotor de la cultura y un hombre afectuoso con su familia, a la que dedicaba parte de su valioso tiempo dividido entre su profesión, su constante estudio y su infatigable labor social.
Así recuerda Eleonora Elizabeth Rembis Rubio a su abuelo, fundador hace un siglo (1919) de la Unión de Juventud de Hispanoamérica, que posteriormente daría origen a la Academia Nacional de Historia y Geografía (ANHG), además de pieza fundamental en la lucha por la autonomía universitaria.
Al iniciar su ponencia titulada “Doctor Luis Rubio Silíceo, promotor de la cultura mexicana en el siglo XX”, presentada de manera virtual ante miembros de la ANHG con motivo de la celebración de su 95 aniversario natal, la actual presidenta de la Academia, maestra Rembis Rubio, dio lectura a una cita del libro Mujeres célebres de la independencia de México, de Rubio Silíceo, quien -dijo- fue un caballero siempre respetuoso de las virtudes femeninas.
Rubio Silíceo nació en Querétaro y quedó huérfano a los siete años, por lo cual estuvo a cargo de su abuelo, Cayetano Rubio, otro queretano ilustre que invirtió su herencia en la industrialización del estado con el establecimiento de la fábrica textil ‘Hércules’. También fue descendiente de José Justo Gómez de la Cortina, conde de la Cortina, fundador de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística y de la Academia Mexicana de la Lengua.
La charla transcurrió entre las amenas anécdotas de la nieta y el recuento de la impresionante trayectoria del doctor Rubio Silíceo; así nos enteramos que “era muy guapo, caminaba muy erguido y con la frente en alto, era un hombre estudioso, idealista y culto, con un espíritu ferviente y creativo, así como con un profundo amor a la Patria”.
Rubio Silíceo comenzó a destacar cuando, como alumno de la Escuela Nacional Preparatoria, fundó la Federación de Estudiantes de México y el Ateneo de los Estudiantes, que posteriormente se transformó en el Ateneo de la Juventud; en 1923, ya matriculado en Jurisprudencia en la Universidad Nacional, en su calidad de presidente del Consejo de Jóvenes Universitarios presentó a la Federación de Estudiantes de México un proyecto de ley para establecer la autonomía de la Universidad.
Sin embargo, el ministro de Educación José Vasconcelos pospuso esta aspiración porque quería ser candidato a la Presidencia de la República, pero Rubio Silíceo intervino directamente en la consecución de la autonomía universitaria. Tiempo después, consiguió la donación del terreno donde se construyó la Ciudad Universitaria.
Dominaba el latín, el francés y el inglés, fue profesor de doctrinas económicas en la Facultad de Jurisprudencia y de economía política en la Escuela de Trabajo Social, entre otras muchas cátedras que impartió, refirió orgullosa su nieta Elizabeth, quien ha perpetuado el linaje de los abogados en la familia de Rubio Silíceo, pues es licenciada en Derecho por la Universidad Franco Mexicana, con dos maestrías, una en Política Criminal por la Escuela Nacional de Estudios Profesionales de Acatlán y otra en Derecho con especialidad en Materia Penal por la Universidad Tecnológica de México (Unitec).
A sus 21 años, tras haberse titulado con la tesis El problema jurídico y sus interdicciones, fue abogado del padre Miguel Agustín Pro y logró un amparo para que no lo ejecutaran, pero los guardias no lo dejaron entrar para entregarlo y que se suspendiera el fusilamiento.
Su vasto currículo incluye haber sido el primer subprocurador de la ciudad de México, el organizador de los Centros de Extensión Universitaria de la UNAM, el fundador de la Comisión Revisora de Procedimientos Civiles y Penales -que estuvo vigente hasta hace dos años-, además de desempeñarse como asesor jurídico de la Presidencia de la República durante las administraciones de Luis Echeverría Álvarez y José López Portillo.
Cuando fue magistrado federal, relató la maestra Rembis, uno de sus casos fue la defensa del actor Manuel Medel en el juicio de divorcio que su entonces esposa la actriz cubana Rosita Fornés le interpuso de manera dolosa en Yautepec, Morelos. El abogado Rubio Silíceo le consiguió un amparo contra ese proceso.
Comentó Rembis que su abuelo escribió numerosos libros, entre los que sobresalen: María Enriqueta, editado por el Ateneo de la Juventud, una Guía del panteón de San Fernando, publicada por el Departamento del Distrito Federal (DDF), La revolución de Quito de 1820 en la independencia de la América española, El problema agrario en México, Antología cívica y social, así como Evolución económica de los pueblos, editados por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Su incansable espíritu humanista lo llevó a crear organismos como el Instituto Mexicano de Cultura, encaminado a realizar acciones en favor de la sociedad, y la Sociedad Mexicana de Eugenesia (estudio y aplicación de las leyes biológicas de la herencia, orientados al perfeccionamiento de la especie humana). De igual manera constituyó la Academia Nacional de Ciencias Políticas en la UNAM, además de que fue miembro de la Academia Nacional de Ciencias y miembro honorario de la Asociación Nacional de Abogados.
Rubio Silíceo recibió múltiples reconocimientos, entre ellos la medalla ‘Justo Sierra’ de la UNAM, la más alta presea que otorga la máxima casa de estudios, así como la medalla de Honor Nacional que le dio el presidente Adolfo Ruiz Cortines y fue distinguido como ‘Ciudadano de la Patria’.
La maestra Rembis narró un hecho que pinta perfectamente el espíritu humanista de su abuelo: “El 8 de abril de 1938 se decidió nombrar a Luis Rubio Silíceo como presidente honorario de la Academia Nacional de Historia y Geografía, patrocinada por la UNAM, pero el abogado rechazó el cargo y lo cedió al rector, doctor Alfonso Pruneda, en virtud del apoyo dado a la Academia”.
Reveló la ponente que Rubio Silíceo propuso que el 6 de noviembre fuera una fecha de fiesta nacional, en virtud de que en ese día del año 1813 el Congreso de Chilpancingo promulgó el Acta de Independencia Nacional, pero que desafortunadamente su iniciativa fue ignorada.
Rubio Silíceo buscó toda su vida el empoderamiento de México, señaló categórica.
(Concluirá)