Ciudad de México. — Con una penetración del 84% de compradores digitales, México se posiciona entre los 15 países con mayor contribución al comercio electrónico a nivel mundial, superando significativamente el promedio global del 60%. Este liderazgo no solo responde a la variedad de productos y plataformas disponibles, sino a un factor crucial: la inversión en ciberseguridad.
En el entorno actual, la protección de datos personales y financieros se ha vuelto indispensable para brindar a los usuarios una experiencia de compra confiable y eficiente, ya sea en línea o en puntos físicos de venta digitalizados. De acuerdo con Axtel, las empresas mexicanas han fortalecido sus plataformas con soluciones tecnológicas que van desde la encriptación de datos, autenticación multifactor, sistemas antifraude en tiempo real y monitorización de transacciones sospechosas, hasta el uso de inteligencia artificial para prevenir brechas de seguridad.
“Hoy, la ciberseguridad ya no es un lujo ni una opción. Es una necesidad crítica para cualquier empresa que opere en el entorno digital”, destacó Ana Sofía Menéndez Guevara, Líder del programa de Seguridad de Información de Axtel.
Este robusto ecosistema de protección ha sido determinante para generar confianza en los consumidores mexicanos, quienes cada vez se sienten más cómodos ingresando los datos de sus tarjetas bancarias en plataformas reconocidas. La pandemia por COVID-19 aceleró esta transformación digital: en 2020 el comercio electrónico creció un 81%, seguido de un aumento del 27% en 2021 y un 20% en 2022, alcanzando ventas cercanas a los 789 millones de pesos.
No obstante, la confianza digital no es automática. Las plataformas emergentes enfrentan el reto de demostrar transparencia, políticas claras de privacidad y respaldo institucional. En este contexto, la ciberseguridad es también una herramienta estratégica para consolidar la reputación empresarial.
A medida que el comercio electrónico en México continúa su expansión, la ciberseguridad será clave para mantener su crecimiento sostenido. Las empresas que inviertan en proteger la experiencia del usuario no solo evitarán ciberataques, sino que fortalecerán la lealtad de sus clientes.
Porque en un mercado cada vez más competitivo, la confianza digital es tan valiosa como el producto o servicio ofrecido.