La Confederación Nacional de Organizaciones Ganaderas (CNOG), la Comisión Ejecutiva Bovinos Leche (CEBL) y el Gremio de Productores Lecheros de la República Mexicana, celebraron el “Día Mundial de la Leche”, con una serie de conferencias vía internet o “webinars”, donde se habló de la importancia que este alimento tiene en la nutrición de la población, en especial de adultos mayores y niños.
El tesorero de la CNOG, MVZ Salvador Álvarez Morán informó que México tiene un consumo nacional de leche en promedio de 15 mil 288 millones de litros de leche, en tanto que la producción nacional, al cierre de 2019, es de 12 mil 437 millones de litros de leche por lo que algunas empresas tienen que importar aproximadamente 2,851 millones litros de leche equivalente (leche fluida, quesos, helados, mantequilla, entre otros), que corresponde aproximadamente a un 25% de la demanda, para atender la demanda de la población, principalmente de niños, jóvenes, mujeres embarazadas y adultos mayores.
El consumo de lácteos per cápita se ha mantenido estático en varios años en México, siendo de 110 litros por año (300 ml por día), cifra muy por debajo de la recomendación de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que es de 190 litros al año o 500 mililitros diarios. Cabe señalar que la producción crece a un ritmo anual promedio de 3.5%, sin embargo el consumo per cápita no lo hace al mismo ritmo.
El también vocal de la CEBL, Álvarez Morán, señaló que para obtener esta producción en México se cuenta con poco más de 250 mil unidades de producción de leche de ganado especializado y doble propósito. Estas unidades son
primordialmente de micro y pequeños productores, ya que el 96% tienen menos de 100 cabezas; además, se tiene un inventario de 2.5 millones de cabezas.
Durante la celebración del Día Mundial de la Leche, se refirió a la contingencia sanitaria provocada por el COVID-19 y dijo que en la primera etapa de la pandemia se incrementó el consumo de leche de larga vida, debido a compras de pánico. Sin embargo, con el cierre de establecimiento de comida y hoteles, la demanda de productos como quesos, yogur, crema y mantequilla disminuyó en forma importante.
El también presidente del Gremio de Productores Lecheros señaló que el incremento en la demanda de leche, permitió que los productores, especialmente los pequeños y medianos, no tuvieran los problemas de comercialización que tradicionalmente se presentan de cada año antes de la Semana Santa.
Vaticinó que una realidad que enfrentará el sector lechero es la contracción del consumo, debido principalmente a la recesión económica en la que estamos, al desempleo creciente y la caída de los ingresos. No hay que olvidar que el consumo de lácteos está estrechamente relacionado con la capacidad de compra de la población. A esto hay que agregar que el ciclo escolar concluirá a distancia y que tendremos un comportamiento en el mercado, parecido a las vacaciones de verano.
El otro problema que se tendrá que enfrentar es que la contracción de la demanda de leche llega cuando se inicia el incremento de la producción en la región de Los Altos, Bajío y centro del país, tomando en cuenta que la producción de leche registra una estacionalidad como resultado del periodo de lluvias.
Esta combinación de factores, pueden provocar que en estas regiones se tengan “excedentes” de leche, con los efectos negativos que todos conocemos, como la caída del precio para los ganaderos y, en caso extremo, la inquietud social. Otro aspecto que no se debe perder de vista es la caída del precio internacional, lo que podría motivar a la industria a incrementar la sustitución de leche fresca nacional por leche en polvo descremada.
Para los pequeños y medianos productores de leche es muy importante mantener la estabilidad del mercado nacional, por lo que propuso la implementación de un programa de secado de leche para retirar los “excedentes” del mercado cuando se tengan y el apoyo para el proceso de secado, que podría ser de $1.20 a $1.40 por litro.
Por otro lado, que LICONSA capte la leche en polvo, especialmente la que provenga de los pequeños y medianos productores. Para esto es muy importante que exista transparencia en las compras. “Necesitamos saber a quién le está comprando leche fresca, así como el volumen en polvo, importada o nacional que ha adquirido en lo que va del año”, señaló Alvarez Morán.
También gestionar con la industria la reducción de la reconstitución de leche y el uso de otros ingredientes como las preparaciones alimenticias para la elaboración de algunos productos, esto con el fin de que incrementen la demanda de leche fresca nacional. Esta medida contribuirá a absorber los posibles “excedentes” de leche de los ganaderos.
De igual manera, gestionar con el Gobierno Federal y, en su caso, con los Gobiernos de los estados, para que las compras de leche que utilizan para los programas sociales, como es el caso del DIF Nacional y los estatales, o para abastecer a los hospitales, Ejército y Marina, sea con leche de productores nacionales, sin sustitución de sus ingredientes.
Finalmente dijo, “será necesario que toda la cadena trabajemos en el diseño e implementación de una campaña de fomento al consumo de leche y sus productos, a través de las redes sociales, a fin de revertir la caída en la demanda de este alimento tan importante para la población”.