A cuatro años de la entrada en vigor del impuesto a bebidas azucaradas más importante del mundo, expertos globales en salud y nutrición se reúnen en la Ciudad de México para discutir los avances en la implementación de un impuesto específico de un peso por litro, y el potencial para escalarlo a través del mundo.
El Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) y la Federación Mundial de Obesidad (WOF) por sus siglas en inglés), han unido fuerzas para examinar el progreso hecho en México en hacer frente a la obesidad, y para analizar los aprendizajes que puedan replicarse alrededor del mundo.
“La epidemia de obesidad está haciendo estragos en México, y es el principal factor causante de enfermedades y mortalidad en el país”, dijo Simón Barquera, del INSP. “Además de mejorar las políticas de prevención que hoy existen, es igualmente importante que proveamos tratamiento de calidad para quienes lo necesitan, para minimizar el impacto de largo plazo de la obesidad.”
Los expertos ponen énfasis en el impacto de la obesidad infantil, la importancia de una formación adecuada en el sector médico para prevenir y tratar la obesidad con mejores herramientas, así como la necesidad de que los gobiernos de la región soliciten que la industria de alimentos y bebidas rinda cuentas sobre la epidemia de obesidad. Reunidos en una mesa de trabajo, exploran la complejidad de las razones que influyen en la prevalencia de obesidad y abordan críticamente la percepción común de que la obesidad es resultado solamente de las elecciones personales y no el estilo de vida y las condiciones ambientales.
“En todos los países del mundo se ha visto un incremento tanto de la obesidad como del sobrepeso en los diez últimos años, lo que está provocando también un aumento en las tasas de cánceres muy agresivos, diabetes, y enfermedades cardiacas”, dijo Luis Encarnación, de NCD Child. “El gobierno mexicano tomó medidas valientes para aplicar un impuesto a las industrias que están fomentando la obesidad, y se debe hacer más en todo el mundo para asegurar que todas las personas tengan acceso a alimentación nutritiva saludable y de calidad, así como a lugares seguros para ejercitarse.”
A pesar de los avances, la obesidad sigue siendo una emergencia epidemiológica en México, y se espera que la prevalencia de diabetes se duplique de aquí al 2050, si no se toman medidas para hacer frente a la epidemia. Los impuestos a bebidas azucaradas y alimentos no saludables han sido herramientas fundamentales para hacer frente a la crisis, pero para vencer a la epidemia en obesidad se requieren mayores esfuerzos. “Es necesario restringir la publicidad dirigida a niños y mejorar el sistema de etiquetado frontal de alimentos, que actualmente no informa de manera correcta cuán poco saludables algunos alimentos pueden ser”, dijo Johanna Ralston, de la Federación Mundial de Obesidad. Desafortunada, pero previsiblemente, ha habido una fuerte resistencia a estas medidas por parte de algunos poderosos actores, incluyendo a la industria de alimentos y bebidas.
“El liderazgo de México en la implementación de un impuesto de un peso por litro ha conllevado una reducción en el consumo doméstico de refrescos, y ahora este impuesto se ha estado replicando en Sudáfrica, el Reino Unido, y Abu Dabi”, dijo Donna Ryan, de la Federación Mundial de Obesidad. “Sabemos lo que se requiere para cambiar el curso de las cosas, y ahora es el momento de trabajar en conjunto para pasar de las palabras a los hechos.”
“La mayor resistencia a las políticas de prevención de la obesidad se da por el poder de la industria de alimentos y bebidas. Debe establecerse un protocolo para evitar que la gran industria intervenga en el diseño de éstas políticas”, dijo Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor.
Otros países con impuestos sobre bebidas incluyen India, Portugal, Cataluña y varias ciudades de los Estados Unidos.