Militantes “hiperresistentes” sostienen marchas de “chalecos amarillos”

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El movimiento de los “chalecos amarillos” realizó este sábado una nueva jornada de protesta para exigir la renuncia del presidente francés Emmanuel Macron, con una participación que el Ministerio del Interior estimó en nueve mil 500 personas en todo el país, mil 500 de ellas en esta capital.

La emisora francesa RFI resaltó que el Acto XXIX de los “chalecos amarillos” se realizó en calma y con un carácter festivo, con tambores y trompetas, al tiempo que subrayó la participación cada vez menor en las protestas, que comenzaron en noviembre anterior.

Por su parte, la radio France Info indicó que de acuerdo con los organizadores, las manifestaciones de este sábado movilizaron a 23 mil 622 personas, y citó al vocero Eric Drouet, quien llamó a “hacer renacer un poco el movimiento, porque (de seguir) así, quedaría en la deriva total”.

A su vez, el diario Libération resaltó que en las manifestaciones, en las que hubo consignas de “Justicia social, justicia fiscal”, “Anticapitalismo”, “La renuncia de Macron por un mundo mejor”, hubo también expresiones tanto de preocupación como de esperanza en esta etapa de las movilizaciones.

“El gobierno, el poder, son demasiado fuertes, al final no ganamos nada y además fuimos insultados y golpeados”, lamentaba un manifestante en Toulouse, citado por Libération, mientras que una militante en Massy-Palaiseau, que se calificó como “hiperresistente”, rechazó versiones de los medios de que “el movimiento está muerto”.

Otro manifestante indicó que el movimiento requiere “organizaciones de democracia directa a largo plazo a nivel local”, y uno más en Burdeos apuntó que algunas medidas del gobierno “podrían dar un poco de oxígeno a algunos, pero el sufrimiento sigue ahí: gente a punto de romperse, siempre los veo”.

Las protestas se realizaron al cabo de una semana en que la Fiscalía de París informó que hay 171 investigaciones abiertas en la Inspección General de la Policía Nacional (IGPN) y tres en la Inspección General de la Gendarmería Nacional (IGGN) por violencia policial contra las marchas, lo que provocó descontento entre los agentes.