Tras cinco meses en la cárcel y con siete kilos menos, la exsecretaria de la Sedatu y Sedesol, Rosario Robles, aseguró que desde que la aprehendieron no ha tenido contacto alguno con el expresidente Enrique Peña Nieto.
“Ninguno en estos momentos, tal vez sería peor si lo hubiera”, dijo en entrevista con el periodista Héctor de Mauleón, al aceptar también que algunos funcionarios y gobernadores la abandonaron.
Con el uniforme beige característico de las reclusas del Penal de Santa Martha Acatitla, Robles Berlanga narró cómo fue el día de su aprehensión y cómo ha sido su estancia en la cárcel debido a la prisión preventiva que le dictó el juez Felipe de Jesús Delgadillo Padierna.
“Fue de terror, sencillamente no estaba preparada. Llegué a las ocho de la mañana, sin dormir, y todo estaba helado. Yo me sentía deshecha, tronada física y mentalmente. Me dormí varias horas y cuando desperté vi que todo era cierto. ‘¿Qué es esto?’, me pregunté… Fueron días muy malos.”, narró.
Sin embargo, mencionó que la lectura la ayudó a poder superar la etapa a la que se enfrenta con novelas o libros de meditación, además, aseguró que hace ejercicio con garrafones de agua que simulan ser unas pesas, teje y platica con sus compañeras.
La exsecretaria reiteró que el juez Felipe de Jesús Delgadillo Padierna, sobrino de la diputada Dolores Padierna, buscaba meterla a la cárcel a toda costa, por lo que fabricó pruebas.
“El juez Padierna iba a lo que iba, a traerme aquí. Se pudo ahorrar todas esas horas. Me trajo con una prueba fabricada”, subrayó al recordar el día en que asistió voluntariamente a una audiencia para ya no salir.