De acuerdo con la Psicóloga Michelle Huffman, docente de la Universidad del Valle de México Campus Texcoco, información de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que los niños mexicanos duermen menos que los niños de otros países, esto, en el contexto de la celebración, del Día Mundial del Sueño.
La Psicóloga de la UVM Campus Texcoco mencionó también que las experiencias con adultos trabajadores que laboran en empresas europeas y asiáticas, en las que se cuenta con período para tomar una siesta a mitad del día, han mostrado mejoría en la productividad.
Y es que dormir es tan importante para el ser humano como cualquier otra función vital como comer y tomar agua. “Dormir es muy importante para lograr reponer la energía, poder tener recuerdos y la renovación de las células”, señaló la maestra Huffman.
En términos psicológicos, el sueño es una actividad fisiológica necesaria e imprescindible para lograr el descanso, la recuperación de material inconsciente y la fijación de las huellas mnémicas, que solo se logran cuando dormimos. Por lo anterior, comentó la docente de UVM, las horas de sueño necesarias para un niño, un adolescente y un adulto varían.
“El tiempo necesario de sueño varía entre las edades, en los niños, por ejemplo, es necesario que duerman 10 horas para que logren la maduración y el crecimiento; en los adolescentes las horas varían entre 6 y 8 horas porque depende de la actividad diaria y en los adultos se disminuyen las horas de sueño”, indicó.
La Maestra Michelle Huffman, dijo que existe una salud del sueño, lo que se llama o se conoce como el “sueño reparador”, el cual incluye un periodo previo de relajación, “este es la toma de siestas durante el día, para lograrlo hay que evitar escuchar instrumentos electrónicos en el periodo en que se va conciliando el sueño, procurar alimentos saludables y ligeros”, manifestó.
El contraste con el sueño reparador, existen lo problemas de falta de sueño, cuyos motivos son muy diversos: “los motivos que dificultan conciliar el sueño y tener un descanso profundo a las personas, pueden ir desde el estrés de la vida diaria, una mala alimentación, someterse a estímulos fuertes antes de dormir, hasta enfermedades de distinta índole (físicos y psicológicos)”, señaló.
La docente de UVM Campus Texcoco, en su labor universitaria de consultas, atiende cotidianamente casos con esta problemática, “he atendido casos en los que la falta de sueño o el insomnio provocan grandes estragos en la salud y la vida cotidiana. Para este tipo de pacientes, se recomienda primero una evaluación completa para detectar trastornos de sueño, que son muy comunes”.
“En el caso de los niños es natural presentar, por ejemplo, terrores nocturnos que muy comúnmente se derivan de altos grados de estrés o enuresis nocturna, que es la respuesta habitual a periodos de angustia. Una vez que se tiene el diagnóstico, el tratamiento varía dependiendo de lo que presenta y sus causas, pero el tratamiento suele incluir trabajar con su ansiedad y lograr la relajación”, concluyó.