El crecimiento de la población, los efectos del cambio climático, así como la migración del campo a la ciudad y las particularidades geográficas del Estado de México conforman un escenario complejo para la labor de la protección civil, por lo que resulta necesario involucrar a la población y a las familias mexiquenses ante los posibles escenarios y riesgos que se puedan presentar y la forma de prevenirlos.
Uno de los objetivos de la Coordinación General de Protección Civil del Estado de México es fortalecer la capacidad técnica, operativa de prevención y respuesta para hacer frente a los desastres causados por fenómenos naturales y antropogénicos.
En ese contexto, la protección civil mexiquense ha tenido avances importantes en el contexto de la Gestión Integral del Riesgo, y uno de ellos es la habilitación del Centro de Investigación, Capacitación y Adiestramiento de Tecámac (Cicatec).
En este espacio, bomberos, rescatistas, paramédicos y elementos que participan en estas acciones reciben entrenamiento mediante los más de 60 cursos que se imparten en materia de teórica y práctica, así como en la elaboración de programas de protección civil, primeros auxilios, búsqueda y rescate, empaquetamiento y transporte de lesionados, formación de protección civil para la Policía estatal, municipal y brigadistas.
Estas capacitaciones también cuentan con manejo de pacientes traumatizados, preparación psicológica de rescatistas, prevención y combate de incendios, rescate en espacios confinados, rescate en estructuras colapsadas y rescate acuático, entre otros.
“Las actividades que tenemos dentro de lo que es la Coordinación nos han marcado mucho la capacitación, la entrega y el profesionalismo hacia la población”, comenta Juan Martín Zamudio Núñez, bombero y Jefe de Turno de la Región 9, Valle de Chalco, quien ha recibido adiestramiento en el Cicatec.
Estas instalaciones, patrimonio de la sociedad mexiquense, son de alto valor, ya que son el espacio propicio para que todas las brigadas, cuadrillas y equipos que realizan tareas de protección civil en los 125 municipios de la entidad, puedan capacitarse, actualizarse y ejercer oportunamente su labor.
De esta manera, hombres y mujeres que representan a la Protección Civil del Estado de México, día a día dedican su conocimiento, experiencia, preparación y su valiosa vocación de servicio, para salvaguardar la vida, el patrimonio y el entorno sociedad mexiquense.
Juan Zamudio se dice orgulloso por esta vocación de servicio, entrega y profesionalismo hacia la población, aunado a la capacitación que recibe en el Cicatec, lo que le ha redituado en mejoras para desarrollar oportunamente su labor.
“Aquí la capacitación ha sido muy buena, nos han actualizado, hemos tenido prácticas en incendios de productos químicos, entonces todo eso nos ha ayudado a que seamos más profesionales, la capacitación que nos han dado aquí en el Centro de Capacitación de Tecámac nos ha servido, hemos salido a otros lugares a dar apoyo en cuanto a emergencias”, cuenta el bombero mexiquense.
Juan Martín afirma que entre sus actividades está atender las emergencias que se presenten, desde lo más básico que puede ser bajar un gato de un árbol, hasta lo más crítico, el cual puede ser un derrame químico, incendios o gente atrapada, por mencionar algunas situaciones.
Actualmente, el Centro de Adiestramiento cuenta con la capacidad de preparar hasta 400 personas al día, quienes toman estas capacitaciones son rescatistas, bomberos, elementos de Protección Civil municipales, así como personal de empresas privadas y de otros estados de la República mexicana, de acuerdo con la característica del riesgo, y a 100 más que pueden alojarse en los dormitorios disponibles para mujeres y hombres, quienes al culminar la capacitación egresan con su debida certificación.
En el marco del Sistema Estatal de Protección Civil, se mantiene una estrecha coordinación con la fuerza de tarea de las dependencias del estado en labores de prevención y atención, como es el Servicio de Urgencias del Estado de México (SUEM) y la Unidad de Rescate Aéreo “Relámpagos”.
La experiencia y los años aportados de cada uno de los elementos que participan en estas nobles labores, han conformado una memoria institucional, que permite prevenir a la sociedad y anticiparla ante determinados sucesos que ponen en riesgo la vida y el patrimonio de las familias.