Ángel García Yáñez, diputado federal del Grupo Parlamentario Nueva Alianza, manifestó la necesidad de acercar a productores de alimentos orgánicos a instancias de certificación, que avalen sus procesos como libres de tóxicos, así como facilitarles mecanismos de diversificación comercial para posicionarlos en un ámbito más competitivo en el contexto nacional e internacional.
El también integrante de la Comisión de Agricultura y Sistemas de Riego de la Cámara de Diputados, resaltó en entrevista que México ocupa el cuarto lugar como productor mundial de alimentos orgánicos, que provienen principalmente de Oaxaca, Chiapas y Michoacán, de acuerdo con la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA).
“La certificación orgánica dota de un valor agregado a la producción, ya que brinda certidumbre tanto a los productores como a los consumidores sobre los procesos utilizados; muestra de ello son los montos obtenidos por nuestro país en esa materia”, expresó el legislador por Morelos.
En el plano internacional, según la referida dependencia, García Yáñez señaló que el 86 por ciento de la producción orgánica se exporta a Estados Unidos, Europa, Japón y China. Entre los productos que más se exportan, detalló, están el aguacate (15 por ciento), hortalizas (19 por ciento), así como café y alimentos diversos (ocho por ciento).
Agregó que este sector tiene una aportación notable en nuestra economía, ya que las exportaciones realizadas por nuestro país en el año 2015 con este tipo de productos, según señala el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), alcanzaron los 136 millones de dólares y, hasta abril de 2016, se registraron ventas por casi 49 millones de dólares.
En otro tenor, el diputado turquesa aseveró que es fundamental acreditar también a los denominados Organismos de Certificación Orgánica (OCOs), en apego a lineamientos que fomenten la transparencia en sus procesos de certificación, evaluación y mejorar la calidad de los servicios que éstas ofrecen.
Ángel García destacó que en México, una de las vías para acreditar a un producto orgánico como tal, es a través de estos organismos operadores que a su vez están certificados por la SAGARPA.
“Se trata de reconocer la importancia que tienen los certificadores, sin pasar por alto la protección de los derechos de los productores desde el inicio del proceso, los requisitos que deberán cumplir y, en caso de que se les rechace el certificado, que conozcan de manera precisa en qué consistieron las deficiencias”, concluyó