Piden a Semarnat informe sobre aplicación del presupuesto para la conservación de la vaquita marina

El diputado Fernando Rubio Quiroz (PRD) pidió a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) que informe a detalle sobre la aplicación del presupuesto asignado para la conservación de la vaquita marina (phocoena sinus), una especie en peligro de extinción.

En un comunicado, informó que presentó un punto de acuerdo ante la Comisión Permanente, para exhortar a la dependencia federal a que dé a conocer el destino e impacto del presupuesto destinado a la conservación del mamífero marino, que habita en la reserva de la biosfera de Alto Golfo de California, y cuya población es de menos de 30 ejemplares.

“Los recursos presupuestarios destinados en los últimos dos sexenios no han contribuido a minimizar la extinción de la especie, mucho menos han evitado se continúe con la pesca ilegal en la región, pues incluso el crimen organizado está involucrado en la pesca ilegal”, apuntó el secretario de la Comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales.

Aseveró que, de acuerdo con datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), de 2008 a la fecha se han destinado millonarios recursos presupuestarios para compensar a los pescadores de la zona, cuya actividad afecta a la vaquita marina.

“Sin embargo, el 20 por ciento fue destinado a sólo 13 beneficiarios, lo que evidencia que el programa de conservación no ha cumplido los objetivos establecidos”.

Rubio Quiroz sostuvo que el programa anunciado por la Semarnat para recuperar a la vaquita marina, a través del traslado de las especies a un área que permita su reproducción y conservación, llega tarde, ya que los especialistas han señalado que los ejemplares existentes actualmente no son suficientes.

Agregó que, además, no se conoce la reacción de dichos mamíferos al ser capturados o si resistirán el estrés al que serán sometidas para albergarlas en un sitio distante de la pesca ilegal.

Refirió que el hábitat de la vaquita fue declarado Patrimonio Mundial por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

Sin embargo, el área sigue siendo afectada por la pesca ilegal no sustentable de totoaba, además del aumento de la urbanización y contaminación, lo que induce a que, con menos de 30 ejemplares de vaquitas marinas, la especie podría extinguirse antes del fin de sexenio de la actual administración federal.