En México se desechan 10 mil 350 toneladas de residuos plásticos al día, por lo que el diputado Marco Antonio Gómez Alcantar (PVEM) propuso prohibir la entrega de productos, envases, empaques y embalajes de plástico y polietileno expandido (unicel), para usarlos como contenedor, utensilios, para trasportación, carga o traslado, con motivo de cualquier acto comercial.
En una iniciativa de reformas a la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos, el legislador señala que un alto porcentaje de esa basura termina en tiraderos a cielo abierto, cuencas de ríos, lagos, mares y océanos, por lo que se debe poner alto total a esa contaminación.
En el documento, remitido a la Comisión de Medio Ambiente, Sustentabilidad, Cambio Climático y Recursos Naturales, advierte que, de acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, “si no se toman medidas, para el 2050 habrá más plástico que peces en los océanos, ya que cada año se vierten 13 millones de toneladas de esos productos en los mismos”.
El impacto “es grave e incuantificable”, pues 90 por ciento de la contaminación flotante de los mares se compone por plástico, pero sólo 10 por ciento del total permanece en la superficie, el resto se hunde y queda en el fondo por tiempo indefinido.
Al no recibir el plástico un procedimiento adecuado para su disposición final, es indispensable darle tratamiento específico, pues al degradarse puede liberar agentes tóxicos que provocan alteraciones que pueden ocasionar infertilidad en animales y personas. “No se debe perder de vista que algunas de las especies marinas afectadas por estos residuos son destinadas al consumo humano”.
Es necesaria su regulación para garantizar que esta política pública exitosa, se convierta en Ley “y no quede sólo como una actividad que muchos llaman equivocadamente moda”.
Gómez Alcantar reconoce que existen casos de excepción, en los cuales estima que su fabricación puede hacerse realizarse con materiales más amigables con el ambiente.
Señala que la vida útil de una bolsa de plástico es de un cuarto de hora, la de un popote no excede 20 minutos y el unicel no es biodegradable, nunca desaparece, por lo que es necesaria su disposición adecuada. Por eso, ante el impacto que causa al ambiente “no existe argumento suficiente que justifique su uso” como elemento indispensable para la realización de actividades diarias.
Dicha situación no puede continuar sin atención, subraya, “debemos sumarnos a las acciones para erradicar el uso de productos elaborados con plásticos” y combatir y reducir la contaminación por su incorrecta disposición final.
Propone modificar las fracciones XVI y XVII en el artículo 7 de dicho ordenamiento para incluir, en las acciones para prevenir la generación de residuos, un especial enfoque en los plásticos utilizados para el desarrollo de las actividades, y el fomento a la utilización de materiales biodegradables.
En el artículo 9 plantea agregar la fracción XVII para establecer como facultad de las entidades federativas regular y establecer las bases para prohibir la entrega de productos, envases, empaques y embalajes de plásticos y poliestireno expandido con motivo de cualquier acto comercial, para uso como contenedor o utensilio; para transportación, carga o traslado del consumidor final, ya sea a título gratuito o de manera onerosa.
Por lo que hace al artículo 100 propone que la legislación que expidan las entidades federativas, en relación con la generación, manejo y disposición final de residuos sólidos urbanos podrá contener dicha prohibición.