20 millones de niños en todo el mundo –más de 1 sobre cada 10–, perdieron vacunas que salvan vidas como el sarampión, la difteria y el tétanos en 2018, según datos nuevos de la OMS y UNICEF publicados este día aquí.
A nivel mundial, desde 2010, la cobertura de vacunación con tres dosis de difteria, tétanos y tos ferina (DTP3) y una dosis de la vacuna contra el sarampión, se ha estancado en alrededor del 86 por ciento. Mientras mas alta se esta cifra,los esfuerzos para salvar esas vidas no es suficientes. Se necesita una cobertura del 95 por ciento, a nivel mundial, en todos los países y en cada comunidad, para protegerse contra los brotes de enfermedades prevenibles por vacunación.
“Las vacunas son una de nuestras herramientas más importantes para prevenir los brotes y mantener el mundo seguro. Si bien la mayoría de los niños de hoy están siendo vacunados, muchos de ellos todavía se quedan atrás. Esto es Inaceptable, a menudo son los que corren más riesgo, son los más pobres, los más marginados, los mas afectados por conflictos o forzados a abandonar sus hogares”, dijo el médico Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la Organización Mundial de la Salud.
De acuerdo a los datos de la OMS y de la UNICEF, la mayoría de los niños no vacunados viven en los países más pobres y se encuentran, en forma desproporcionada, en los “Estados frágiles” o afectados por conflictos. Casi la mitad están en solo 16 países: Afganistán, República Centroafricana, Chad, República Democrática del Congo (RDC), Etiopía, Haití, Irak, Mali, Níger, Nigeria, Pakistán, Somalia, Sudán del Sur, Sudán, Siria y Yemen.
Si estos niños se enferman, corren el riesgo de sufrir las consecuencias más graves para la salud y es menos probable que accedan a un tratamiento médicos y a cuidados que les pueden salvar la vida.
Los brotes de sarampión revelan brechas atrincheradas en la cobertura, a menudo durante muchos años.
Las enormes disparidades en el acceso a la vacuna persisten al interior de los diversos países y al interior de todas las clases sociales. Esto ha dado como resultado devastadores brotes de sarampión en muchas partes del mundo, incluidos los países que tienen altas tasas de vacunación en general.
En 2018, se reportaron casi 350 mil casos de sarampión a nivel mundial, más del doble que en 2017.
“El sarampión es un indicador en tiempo real de dónde tenemos más trabajo que hacer para combatir las enfermedades prevenibles”, añadió por su lado, Henrietta Fore, Directora Ejecutiva de UNICEF.
“Debido a que el sarampión es tan contagioso, un brote apunta a comunidades que están perdiendo vacunas debido al acceso, los costos o, en algunos lugares, la complacencia. Tenemos que agotar todos los esfuerzos para inmunizar a todos los niños “.
Ucrania lidera una variada lista de países con la tasa de incidencia de sarampión más alta registrada en 2018. Si bien el país ha logrado vacunar a más del 90 por ciento de sus bebés, la cobertura había sido baja durante varios años, dejando a un gran número de niños mayores y adultos completamente en riesgo.
Otros países con alta incidencia y alta cobertura tienen, por otra parte, grupos significativos de personas que no han utilizado la vacuna contra el sarampión en el pasado. Esto muestra cómo la baja cobertura, a través del tiempo o las comunidades con personas no vacunadas pueden provocar brotes mortales.
Por primera vez disponibles datos de la cobertura de la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH)
Tanto la OMS como la UNICEF informaron que, por primera vez en la historia de las estadísticas médicas, también hay datos sobre la cobertura de la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH), que protege a las niñas contra el cáncer cervical en el futuro. A partir de 2018, 90 países, con cifras que indican que se trata de un hogar de 1 sobre 3 (en donde hay niñas), han introducido la vacuna contra el VPH en sus programas nacionales. Sólo 13 de estos son países de bajos ingresos.
Ambas agencias de la ONU agregaron que, en colaboración con socios como Gavi, Vaccine Alliance, están apoyando a los países mas necesitados para fortalecer sus sistemas de inmunización y de respuesta a brotes de enfermedades, incluso vacunando a todos los niños con una inmunización de rutina, realizando campañas de emergencia y capacitando y equipando a los trabajadores de salud como una parte esencial de los primeros auxilios.