Piñatas, una hermosa tradición de las posadas

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Dale, dale, dale… No pierdas el tino,
Porque si lo pierdes, pierdes el camino…
Dale, dale, dale… No pierdas el tino,
Mide la distancia, que hay en el camino…
No quiero oro, No quiero plata
Yo lo que quiero es romper la piñata…
Echen confites y canelones,
Pa’ los muchachos, que son muy tragones…
Ándale Juana no te dilates,
Con la canasta de los cacahuates…
Ya le diste uno, ya le diste dos,
Ya le diste tres y tu tiempo se acabó.
El origen de la piñata es muy distinto y muy interesante. Tiene que ver, con el sincretismo y mezcla de culturas con la religión católica de la Nueva España y son indispensables para las Posadas y la Novena de la Navidad.
Son, motivo de júbilo, arte y diversión entre nosotros hasta la actualidad. Las ollas para las piñatas son especiales y son hechas de barro delgado y con orificios en el cuello de la olla para poder atarla a un lazo y para así, poder subirla y bajarla a gusto de los celebrantes en la Navidad.
Las piñatas se rellenan de caramelos, colaciones, chocolates, juguetes, confeti, juegos de lotería, dinero, cacahuates, frutas y la gente malvada las llenan de harina.
La piñata tradicional es la de siete picos brillantes en forma de estrella que significan la tentación del demonio hacia los hombres.
Se suele representar al mal de forma llamativa para que cautive al hombre y caiga ante la tentación. Cada pico significa un pecado capital de la religión cristiana. Los pecados capitales son:
Lujuria
Gula
Avaricia
Pereza
Ira
Envidia
Soberbia
Hay varias versiones del significado religioso que tiene la piñata pero las más aceptada es la idea de que representa la lucha del hombre contra las pasiones o los pecados capitales. Valiéndose de la fe, que es representada y simbolizada por el palo o bastón.
El hombre tiene que destruir el maleficio de la pasiones, golpeando y finalmente rompiendo la piñata y al romperla, rompe esa tentación y obtiene, los frutos divinos, que son representados, por la fruta y las colaciones que contiene la piñata.
El relleno de la piñata es el símbolo o premio del amor de Dios hacia los hombres, son las riquezas del reino de los cielos. Con esto, es el mensaje que con fe y virtud se puede vencer el pecado y recibir la recompensa divina, valga la redundancia.
Otro origen de la piñata se remonta a la China Imperial. Allí con motivo del año nuevo que se celebra con la llegada de la primavera, se confeccionaba una figura de vivos colores que llenaban de semillas.
Los mandarines golpeaban la figura que regularmente representaba a un becerro, con varas y esta se rompía derramando su contenido sobre los campos y simbolizando la fertilidad. Posteriormente, la piñata se quemaba y sus cenizas se repartían entre los allí presentes, como portadoras de buena suerte y de la fertilidad.
Marco Polo conoció esta costumbre que exportó de Oriente a Italia en el siglo XII. Allí en Italia, la transformaron de un mito pagano a uno religioso, debido a las fuertes creencias religiosas de la Edad Media europea.
Ésta se usaba para celebrar el primer domingo de Cuaresma. Para el Siglo XVI, los conquistadores españoles llevan este rito a la Nueva España y allí tiene gran aceptación entre los novohispanos.
Así, al primer domingo se le llamaba Domingo de la Piñata.
La piñata era una olla de barro con papeles de colores y oropeles llena de dulces. Para romperla, las personas se vendaban los ojos. Cuando llegó a la Nueva España, y considerando su ambiente festivo, se le usó para atraer a la gente a las ceremonias religiosas. Posteriormente el pueblo se apropió de ella para las celebraciones populares y fue así como se ha mantenido entre nosotros.
Hoy en día la tradición de la piñata se ha extendido desde México a todo el mundo y se pueden encontrar piñatas en toda América, Europa y en muchos países del mundo con miles de formas que ya no tienen el significado complejo, religioso y original.
Ese significado original, nada que ver con las piñatas de la actualidad por que uno puede verlas en tan diferentes formas, que realmente nada tienen que ver con la original de siete picos.
En la actualidad, hasta a los políticos buscan romperlos en piñata. Ya no fabrican rosas, ni claveles, ni zanahorias o cebollas y rábanos que se hacían en esos entonces. Ahora se hacen superhéroes, botellas, a Sarita o alguna celebridad que merezca ser apaleada.