Por Alan Ramírez Flores, CEO de Coperva y autor de Liderazgo para tod@s
La crisis derivada de Covid-19 obligó a las empresas a redefinir sus modelos operativos de cobranza para aumentar el nivel de recuperación y reducir los costos.
Así, los modelos cambiaron y ahora los métodos de segmentación necesitan ajustarse mejor a las necesidades de los clientes. Esto es esencial para mejorar eficiencia, estandarización, automatización y medición de procesos.
Vale remarcar que durante la pandemia, los ingresos de la banca se redujeron principalmente por las menores tasas de interés, hecho que afectan su margen financiero. Asimismo, se presentó volatilidad de los mercados y aumentaron considerablemente los costos operativos. Aquí jugó un rol esencial la seguridad cibernética, dado el aumento de crímenes en la red.
En este momento, para lograr una rápida recuperación económica en el país, es prioritario el papel del sistema financiero, y sobre todo de la banca con el otorgamiento y cobro de créditos.
De manera simultánea, de acuerdo con la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) no existe un panorama favorable en los próximos meses. En la proyección para los principales indicadores destaca que el margen financiero experimentará un impacto por la baja en tasas de mercado y la reducción en los portafolios de consumo.
En cuanto a las estimaciones preventivas para riesgos crediticios se prevé un mayor requerimiento de reservas por portafolios que no fueron sujeto de postergación de pagos y sobrendeudamiento en algunos sectores de consumo y, por supuesto, los efectos del desempleo, que ha tocado cifras récord.
Así, se deberá poner especial atención a las empresas relacionadas con movilidad, turismo y entretenimiento, algunas de las cuales ya se declararon en bancarrota.
En cuanto al margen financiero ajustado se espera un decrecimiento de 10% a 20% mientras en su mayoría habrá menores resultados por intermediación y algunos bancos concentrados en el mercado de divisas se verán beneficiados por la volatilidad.
En comisiones y tarifas netas se prevé que, como consecuencia de una menor actividad económica, exista un crecimiento muy bajo o nulo, en comparación con el año anterior
Respecto a los gastos de administración y promoción se prevé que el control de gastos, en manos de las instituciones financieras, sea plano o se reduzca. Será necesario considerar, en el gasto, inversión para la transformación digital.
Y en resultado neto se proyecta un decrecimiento de 25% a 40%