Por Julio César Briseño Cruz, CEO de Cénit, banca de desarrollo y consultoría empresarial.
La veloz inmersión de la tecnología presupuso, erróneamente, que bastaban infinidad de datos para acceder a las mejores riquezas de la tecnología y adoptar de lleno la digitalización. Craso error. Basto menos de un año para comprender que el exceso de información resultaba inoperante y se requería leer e interpretar los datos.
La forma de llegar al usuario ha evolucionó vertiginosamente en los últimos años. Se aceleró gracias a la digitalización y el proceso transformacional impactó en todos los ámbitos. Así cambiaron radicalmente los modelos de negocio y transformó las expectativas de los consumidores. De un momento a otro, se vieron cambios trascendentales en la manera en la que las empresas interactuaban con sus públicos.
Se presentó entonces un boom para acceder a los servicios digitales, impuesto por el alejamiento social tras la pandemia mundial de Covid-19. Se asumió que bastaban inversiones en tecnología de punta para responder de manera eficiente a las nuevas expectativas de mercado. Pero no. Se necesita focalizar la gestión y comprender los modelos de negocio en los que incursionaba.
Y aunque, en esta era del Big Data, el principal interés pudiera parecer que está, en un principio, en la acumulación constante de información, lo cierto es que la verdadera clave se encuentra en el denominado Smart Data, que no sólo genera la recopilación masiva de datos sino que es capaz de interpretarlos.
.Esto rompe un peligroso mito: la transformación digital no es llegar, desarrollar un proyecto, hacer labor de consultoría e irse. Se trata de una realidad cambiante en la que es importante entender que el trabajo no concluye con una mera implementación. No son proyectos de implementación unitaria, son para siempre, para toda la vida. Son respuesta a un proceso inacabado de negocio y de cómo se participa en el mercado.
La idea de que el gran negocio era una idea está roto. El servir implica la renovación continua.
Así, los datos se deben trabajar de una manera holística, sacar el mayor rendimiento y crear los propios centros de inteligencia, acordes al nuevo paradigma. Es la manera en la que lograrán una clara ventaja competitiva.
En la era del Big Data, se debe comprender y mejorar la relación con los usuarios, y para ello necesitamos saber más sobre ellos. Para ello existe una acción crucial: terminar los silos de información. Al mismo tiempo, se deben analizar los datos que tenemos y enriquecer su interpretación y activación.
Poder generar narrativas convincentes y coherentes con la información, redundará en una mejor relación entre cliente y marca.