*Sector tradicional financiero, rebasado por nuevas propuestas tecnológicas
ESPECIAL
México se convierte en el paraíso de las fintech por su mercado potencial de 72.24 millones de personas que no cuentan con una cuenta bancaria.
A diferencia de otros países, donde los clientes potenciales corresponden a la generación Z, que comprende personas de 15 a 26 años de edad, “en México el potencial es mayor porque se contempla la población no bancarizada del 56% de la población”, asegura Fernando Espinoza, Gerente de Operaciones de Cash Cash, APP de préstamos rápidos.
De acuerdo a Espinosa, las aplicaciones de servicios financieros altamente enfocadas, a menudo ofrecen servicios de manera más eficaz y menos costosa que las empresas tradicionales, “por lo que cada vez atraen clientes en mayor número, por lo que empresas tecnológicas como Apple, Google y Samsung también comienzan a ofrecer aplicaciones fintech”.
En campos tales como préstamos en línea, transferencia de dinero y calificaciones crediticias, las fintech están rompen el dominio de los actores más grandes de los servicios financieros de maneras novedosas, dijo el directivo.
Algunas fintechs, por ejemplo, desarrollan robo-advisors de próxima generación que diseñan mejores soluciones de ahorro sobre la base de objetivos y riesgo sin un sesgo hacia algún producto en particular, aseguró el vocero de Cash Cash.
“Aunque inicialmente la mayoría de las instituciones financieras existentes respondió al desafío fintech sólo con esperar y ver, otro grupo adquirió firmas fintech para acceder a las nuevas tecnologías y un tercer grupo optó por invertir tiempo y dinero en arreglar su propio panorama de TI existente.
“Esta es la posibilidad más explorada a raíz de la inminente digitalización, lo que no resulta sencillo porque normalmente la tecnología está fragmentada y complicada por sistemas heredados que son difíciles de mantener, actualizar y mejorar”, dijo Espinoza.
Así, en lugar de administrar toda la experiencia del cliente a través de los sistemas y procesos heredados del banco, debe aprovechar al máximo la posición de confianza con los clientes, su acceso a los datos y el conocimiento propio del entorno regulatorio. Conviene, entonces, explorar las tecnologías financieras que le rodean para encontrar nuevos productos que pueda encajar de forma distintiva y poner a disposición de sus consumidores, refirió Espinosa.
Tal enfoque implica evaluar a los proveedores de tecnología de terceros en función de lo que ofrecen y lo bien que podría asociarse con ellos, elegir software y aplicaciones que se ajusten a los criterios de negocio de su institución financiera e interactuar con los proveedores para ofrecer rápidamente sus soluciones como parte de un producto integrado coherente, mencionó el directivo.
Concéntrese en lo que mejor hace su propia empresa: por ejemplo, identificar temas de inversión, evaluar la exposición crediticia, administrar el riesgo de contraparte o ejecutar y liquidar transacciones financieras. Y luego aproveche el grupo fintech, establezca asociaciones, obtenga acceso a la innovación que pueda apoyar o expandir el mercado principal de su organización.
El éxito del fintech es su cultura prospectiva, que responde a las demandas de los clientes relativamente rápidamente y que puede adoptar nuevas tecnologías a medida que evolucionan.
Los elementos de esta capacidad incluirían una visión granular de las preferencias de los clientes, capacidad de asociarse eficientemente con empresas externas, facilidad para integrar nuevas tecnologías y habilidad gerencial para deshacer esas integraciones cuando surjan mejores tecnologías.
Sin embargo, “cambiar cualquier modelo de negocio es difícil; transformarse en una organización centrada en las fintech también es potencialmente perjudicial. Si se maneja mal, la transformación podría conducir a la erosión de la marca”, advirtió el directivo de Cash Cash.