El presidente serbio, el conservador Aleksandar Vucic, anunció ayer que probablemente se imponga un toque de queda, sobre todo en Belgrado, pero que podría ser extendido al resto del país.
Unas 60 personas resultaron heridas -de ellas 43 policías- en los enfrentamientos entre antidisturbios y manifestantes que se prolongaron hasta esta madrugada en el centro de Belgrado tras el anuncio de nuevas restricciones por la propagación del coronavirus.
El director de la Policía, Vladimir Rebic, declaró este miércoles a la emisora de televisión pública RTS que 23 personas han sido detenidas en la protesta violenta, durante la cual un grupo de manifestantes irrumpió brevemente en el edificio del Parlamento serbio.
Según Rebic, entre los detenidos está el diputado ultranacionalista Srdjan Nogo, a quien acusó de organizar la entrada a la fuerza en el Parlamento.
PROTESTAS POR PROBABLE TOQUE DE QUEDA
El presidente serbio, el conservador Aleksandar Vucic, anunció ayer que probablemente se imponga un toque de queda desde las 18.00 hora local del viernes y hasta las 05.00 de la mañana del lunes, sobre todo en Belgrado, pero que podría ser extendido al resto del país.
Vucic, en cualquier caso, dijo que esa decisión compete a un grupo de especialistas pero que el número creciente de contagios acerca ese escenario.
Además, a partir de este miércoles quedarían prohibidas todas las reuniones de más de cinco personas en espacios públicos cerrados y también al aire libre en la capital, ciudad de unos 1,7 millones de habitantes.
Poco después del anuncio de las medidas por parte de Vucic, un político criticado por la oposición como autoritario, miles de personas salieron a las calles para expresar su malestar.
Los peores disturbios se desarrollaron entre las 22.30 y las 00.30 GMT, cuando los manifestantes abandonaron la explanada frente al Parlamento.
Un grupo de manifestantes logró irrumpir en el edificio del Parlamento pero fueron desalojados por la Policía, desplegada a la entrada del edificio, que sufrió daños materiales.
Tras intentos reiterados del grupo de irrumpir de nuevo en el edificio, la policía empezó a lanzar gas lacrimógeno para dispersar a la muchedumbre, pero siguieron ataques de grupos violentos a la policía con piedras, botellas e incluso bengalas.
Los manifestantes corearon lemas como “ladrones”, “fuera”, “no queremos eso”, demandaron la dimisión de Vucic y lanzaron proclamas nacionalistas como “Kosovo es parte de Serbia”.
Según la prensa local, se desconoce quién convocó a los manifestantes, que primero fueron unos centenares pero aumentaron a varios miles poco después.
En su gran mayoría no llevaban mascarillas ni guardaban la distancia física exigida contra la pandemia.
Los grupos violentos incendiaron varios vehículos policiales, volcaron e incendiaron contenedores y destruyeron varias jardineras y señales de tráfico.
En las redes sociales también se pueden ver algunos vídeos de policías golpeando a manifestantes aparentemente pacíficos.
Esta mañana las fuerzas de seguridad han desplegado un dispositivo reforzado alrededor del Parlamento y otras instituciones estatales.
Serbia registró ayer la muerte de 13 personas a causa del coronavirus, el número más alto de víctimas mortales en un solo día desde el inicio de la pandemia en marzo.
EL PEOR MOMENTO DE LA PANDEMIA
Mientras tanto, crece el número de pacientes conectados a respiradores y los hospitales del país balcánico se van llenando con enfermos contagiados con el coronavirus.
Según indicó ayer Vucic, había ya 4.000 personas en los hospitales en Serbia.
“La situación es alarmante en Belgrado. Es grave en otras cuatro ciudades de Serbia, pero en Belgrado es crítica”, dijo Vucic.
Las nuevas medidas restrictivas se producen ante el reciente repunte de los contagios, a lo que las autoridades ya habían respondido hace unos días reintroduciendo el uso obligatorio de mascarillas en los espacios públicos o comerciales cerrados.
En Serbia, de unos 7 millones de habitantes, se han registrado hasta ahora unos 16.700 contagios confirmados y 330 fallecidos.
En Serbia durante semanas se permitieron actos masivos, como partidos de fútbol, concentraciones y conciertos, por lo que parte de la oposición acusa a Vucic de una política laxa hasta las elecciones legislativas del pasado 21 de junio, en las que la formación del presidente obtuvo una amplia victoria.