Protestan por cenizas de cadáver reclamado

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Por BLAS A. BUENDÍA

En un hecho sin precedentes, con la probabilidad de que se haya registrado una clara negligencia médica y la coalición de funcionarios que pudieron incurrir en actos de extrema corrupción, el Hospital General de la Ciudad de México fue escenario de varias protestas por parte de familiares que reclamaron el cuerpo de su fallecido, de quien las autoridades del nosocomio tuvieron la desfachatez de revelar que “ya había sido cremado” de forma inmediata a la hora de su fallecimiento.

Si bien entre el caos que se generó en la entrada principal de dicho nosocomio, los familiares del señor Ángel Dorado Salinas, de 52 años de edad, denunciaron la falta del protocolo para identificar a las personas que fallecen por enfermedades en ese centro de salud, solo que en esta ocasión los funcionarios del General entregaron un cuerpo equivocado que había fallecido por la pandemia del Covid 19, cuando su ingreso fue por insuficiencia renal. 

Los familiares indicaron que el señor Dorado Salinas fue ingresado el día viernes 17 del mes en curso, entre 5 y 6 pm, a urgencias por  el motivo que padecía insuficiencia renal y diabetes, indicándoles que se hallaba en la cama tres y el sábado por la mañana, fue retirado de urgencias sin razón alguna.

Alrededor de las 18 horas de ese día, los familiares acudieron a la zona de informes donde les indicaron que el paciente ya no se encontraba en la cama tres,  sino que acudieran a la Torre Quirúrgica, donde fue colocado Ángel Dorado Salinas, en la cama once, piso tres. Pasaron las horas de espera sin saber de más de su familiar.

El lunes 20, todos los familiares de piso tres se reunieron para recibir un informe por parte de las autoridades del nosocomio localizado en la Dirección General, ya que ahí les brindarían los informes requeridos. Les reportaron que el estado de salud de Ángel era grave por la insuficiencia renal, para lo cual nuevamente fueron enviados a Trabajo Social a fin de realizar los pagos de estudios clínicos y hospitalización.

El martes 21, a las 12 del día, los familiares del señor Ángel Dorado Salinas, quedaron estupefactos al conocer que “ya había fallecido de un paro respiratorio”, y sin permitir a los ahora deudos, que ingresaran a patología para reconocer el cadáver y en consecuencia realizar los trámites para poder trasladar el cadáver del familiar.

Al contratar el servicio funerario, los funcionarios del Hospital General advirtieron que en la  reclamación del cadáver “no podían ver a su familiar ya que éste ya estaba en una bolsa de plástico sellada y en un ataúd también herméticamente cerrado”.

El viacrucis no terminó ahí, más sin embargo, la funeraria informó que su personal podía mostrar el cuerpo a través de una fotografía para poder reconocerlo, y de esa manera descubrieron que el cuerpo no era el de Ángel Dorado Salinas, sino de otra persona que supuestamente había fallecido por la pandemia del Covid 19.

En este sentido, el Hospital General requería que en la Funeraria Lozano cremaran el cuerpo de la “otra persona” de la cual les entregarían hasta el acta de  defunción con el nombre de Ángel Dorado Salinas, ya que el cuerpo de éste, supuestamente “ya estaba incinerado”.

En tanto que el cadáver que presuntamente corresponde a la otra persona, de cuyo nombre se desconoce, los deudos de ambos cuerpos no estuvieron de acuerdo en hacer un “intercambio de urnas con las cenizas”, ya que realmente se desconoce la identidad de cada uno de estos dos cadáveres.

Al respecto, uno de los deudos, José Contreras, exigió le entreguen el cuerpo de su compadre Ángel Dorado Salinas, y anunció que ante este tipo de negligencias médicas, se demuestra que los servicios médicos de la ciudad no corresponden al carácter de la Cuarta Transformación que tanto alardean los morenistas.

Ante dicha situación, los familiares del difunto se quejaron ante las autoridades de dicho hospital, sin recibir una respuesta favorable. Por tal motivo acudirán ante las instancias correspondientes y las autoridades sanitarias del país, para denunciar el hecho, porque no cumplieron los protocolos correspondientes, además de hacer pública su queja, para que situaciones tan lamentables como esta, no se repitan, sobre todo durante la Emergencia Sanitaria, por el COVID-19.

En el marco de todo este insólito suceso, se observó inexplicablemente de la presencia intimidadora de la fuerza pública, por lo que finalmente se presume que haya habido el delito de “negligencia médica equiparada” y coacción de funcionarios en el Hospital General-CDMX, de cuyos elementos la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad, inició la Carpeta de Investigación correspondiente.

Reportero Free Lance

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