Es el último cuarto, quedan solo unos segundos en el reloj y se necesita un gol de campo para que tu equipo favorito de futbol americano se corone campeón de la temporada. Bajo estas circunstancias, tu corazón late a mil por hora y el estrés de saber si la victoria llegará en el último segundo, está en su máximo nivel.
Desde septiembre todos los fans de la NFL hemos estado, semana con semana, al filo del asiento cruzando los dedos porque nuestro equipo favorito llegue al Super Bowl LIV y se corone campeón en el Hard Rock Stadium de Miami, Florida.
Pero, ¿sabías qué, a pesar de parecer un estrés inofensivo, la tensión producida por este tipo de actividad pasiva podría generar un problema mayor?
“Durante un juego, puede haber mucha emoción, anticipación e incógnitas, y dichos factores pueden elevar el ritmo cardíaco y la presión arterial”, explicó el Dr. William Zoghbi, Jefe de Cardiología del DeBakery Heart & Vascular Center del Hospital Houston Methodist.
Puede ser difícil de creer, pero el ritmo cardíaco aumenta cuando la persona está nerviosa o emocionada durante un partido de fútbol, de igual forma que sucedía con nuestros antepasados cuando debían estar alertas ante el ataque de algún animal salvaje o cuando iban de cacería. Esto se conoce como “respuesta de lucha o huida”.
“Cuando experimentas una situación estresante física o mental, tus glándulas suprarrenales liberan hormonas que aumentan la presión arterial y la frecuencia cardíaca. Este es un mecanismo heredado y su propósito es mantenerte alerta y darte la energía que necesitas para manejar la situación en la que te encuentras,” explicó el especialista del Hospital Houston Methodist.
Imagina, el último minuto de juego y el mariscal de campo de tu equipo favorito debe realizar la jugada del triunfo, la cual aparentemente es imposible, esto de acuerdo con el Dr. Zoghbi puede no parecer un momento de “pelear o huir”, pero nuestro organismo no distingue de una situación de peligro o del estrés ocasionado por un partido por lo que a la par, se experimenta una frecuencia cardiaca elevada y presión arterial por encima del nivel normal.
Al igual que el mariscal de campo, tu cuerpo tiene una reacción similar a él, ya que compartes la emoción del último minuto como si estuvieras en el campo.
La buena noticia es que la gran mayoría de nosotros podemos estar tranquilos porque, en el contexto de ver un partido de fútbol, tener un ritmo cardíaco elevado y una presión arterial elevada no es dañino, sin embargo, para una persona con una afección cardiaca preexistente, esto puede resultar problemático.
“Por ejemplo, estas personas pueden experimentar una leve molestia en el pecho o dificultad para respirar”, explicó el Dr. Zoghbi.
En situaciones extremas (que son muy raras), un evento deportivo estresante o emocionante puede volverse peligroso si una persona tiene una afección grave llamada miocardiopatía por estrés, especialmente si no sabe que la padece.
“Esto es increíblemente raro y generalmente se recuperan, pero cuando estas personas se emocionan o estresan mucho, pueden presentar daños en el corazón”, advirtió el Dr. Zoghbi.
El especialista recomendó que tanto los juegos deportivos como las actividades diarias se gocen y no se sufran, así como mantener un estilo de vida saludable que proteja al corazón de padecer alguna enfermedad.
“Durante el Super Bowl, no vamos a evitar que aumenten el ritmo cardíaco y la presión sanguínea de las personas, pero sí podemos moderar algunos hábitos que se realizan con frecuencia durante los partidos. Es decir, moderar el consumo de alcohol al mirar el juego, así como evitar la ingesta excesiva de grasas y tabaco.” finalizó el especialista del Hospital Houston Methodist.