La convivencia humana cada día se desvanece más y tanto las redes sociales como los dispositivos móviles creados para comunicar justamente son los que han contribuido a su desaparición, aseveró el artista estadunidense de ascendencia francesa Duane Cochran.
Ese comportamiento de la sociedad actual, que parece tener un mayor intercambio pero en realidad facilita el alejamiento e ignora las alertas sobre esa situación, “hace ruido” en la mente, el espíritu y el corazón.
“Las redes sociales y los dispositivos móviles matan a la convivencia humana; estamos entre lo blanco y lo negro, entre el día y la noche, entre el bien y el mal”, alertó el coreógrafo, pianista, músico y bailarín durante una entrevista con Notimex.
Cochrane, quien el sábado 22 de junio a las 19:00 horas celebrará 28 años de labor ininterrumpida en los escenarios de México y el mundo con una función de carácter extraordinario en el Palacio de Bellas Artes, habló de la génesis de su espectáculo Nisi Dominus.
En los dos actos que lo componen ofrecerá al espectador una suerte de dualidad irremediablemente ligada y a la vez totalmente opuesta, partiendo “de la idea de que la sangre es vida”.
“Una de las dos obras toca el tema del vampirismo, y los vampiros, en la fantasía, se alimentan de sangre. La otra trata de la sangre que derramó Cristo para darnos vida”, explicó.
Desde su perspectiva como autor, el vampirismo es la oscuridad de la noche y se alimenta de la sangre de los mortales, mientras que Cristo es la luz de día y tuvo que derramar su sangre para darnos vida.
“Es bien y el mal, la vida y la muerte, el día y la noche”, reiteró el entrevistado, a quien el desarrollo actual de las relaciones y la comunicación humanas “le hacen ruido”.
Todo mundo está metido en sus cuentas en redes sociales como Facebook o Twitter, en juegos electrónicos y otros distractores que impiden una sana relación entre las personas, y por ello “estamos en el limbo, en la penumbra, entre la luz y la oscuridad”, subrayó.
El bailarín reconoció que también él tiene deficiencias en sus relaciones humanas, situación que acredita al exceso de trabajo y a la pasión por las disciplinas artísticas en las que está inscrito.
“Puedo alternar mi carrera de pianista con la danza porque prácticamente no tengo vida social. El arte me requiere 24 horas: me levanto muy temprano, me siento para estudiar mis partituras, ensayo, atiendo pendientes con mis compañeros y sigo trabajando”, resumió.
Otro problema es trabajar sin apoyos gubernamentales y “para sobrevivir sin esa clase de estímulos tengo que sacrificar muchas cosas, como no salir con amigos ni irme de vacaciones con mi familia porque necesito ahorrar cada centavo que gano con mi propio trabajo. He tenido algunos apoyos, unos cinco en 28 años, y no puedo depender de ellos”.
Ya suma 28 años ininterrumpidos luchando, y sigue en la faena diaria. “Es una labor pesada y sin apoyo, se complica más. Cada nueva administración recorta más los apoyos, pero busco el modo de obtenerlos por otros lados y uso mis propios fondos, porque mi necesidad es dar lo mejor. Debo brindar a la sociedad mi arte y lo tengo que hacer aunque sea con tres pesos”.
Duane reveló que le encanta viajar y la buena cocina, pero lo omite cada vez más, de manera especial cuando prepara una temporada; entre esas y otras razones es que a pesar de su acendrado profesionalismo, sí ha pensado en “tirar la toalla”.
“Sí, como tres veces, y puedo decir que una ocasión pasé ocho meses sin ver a mis bailarines ni hacer nada en los escenarios, aunque sí seguí trabajando solo, Estuve en duelo, con dolor, pero seguí adelante” pues su artista interior y su espíritu de lucha le recordaron que siempre hay una puerta que le hace levantar.
“Tengo inquietudes artísticas y quiero plasmarlas en el escenario y en la música. Es una terapia que tengo como creador, a través de la que saco mis demonios”, agregó el artista, convencido de sus propias palabras.
Con esas reflexiones, Duane Cochran llegará al Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México el 22 de junio a las 19:00 horas, acompañado por la Orquesta de Cámara de Bellas Artes bajo la dirección de José Luis Castillo.
Llegará con cosas de sangre, de vampirismo y de Jesús. Será una función, “pero para ser el Palacio de Bellas Artes es mucho. Estar nuevamente en ese monumento será una gran experiencia”.
Las partituras de este espectáculo serán: el Concerto Grosso No.1 de Alfred Schnittke y Nisi Dominus de Antonio Vivaldi, con los violinistas solistas Vera Koulkova y Serguei Kosiak, en tanto que la mezzosoprano Guadalupe Paz interpretará la segunda obra.
Originario de Detroit, Michigan, Duane Cochran es miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte, el Colegio Coreográfico de México y la Sociedad Mexicana de Coreógrafos, además de ser director y líder del grupo Aksenti Danza Contemporánea. También ha realizado una importante actividad como pianista en el ámbito de la música mundial (“World music”).