Aunque se señala a la depresión como el factor que lleva al suicidio, es la violencia física, psicológica, emocional, verbal, sexual, espiritual, cultural, económica y laboral, la que incide en el 70 por ciento de los atentados contra la propia vida, reveló un especialista de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL).
El coordinador del Área de Urgencia de la Unidad de Servicios Psicológicos de la UANL, Guillermo Rocha González, dijo que las personas suicidas que viven en entornos con mucha agresión, normalizan los actos violentos por lo que llevan sus problemas al suicidio.
“Generalmente, creemos que un suicida tenía depresión y no siempre, la persona va adaptándose a la dinámica violenta de agredir a los otros y entonces esa violencia la lleva hacia sí mismo”, indicó en un comunicado.
En México, expuso, del año 2000 al 2015 la tasa de suicidios se elevó de 3.5 a 5.2 por cada 100 mil habitantes. La mayor parte de hombres y mujeres fallecidos por lesiones autoinfligidas se concentraron en el nivel básico de educación, añadió.
Manifestó que “ocho de cada 10 personas cometieron el acto suicida en la vivienda particular, y el principal método empleado fue el ahorcamiento, estrangulamiento o sofocación, seguido del disparo con arma de fuego “.
El especialista expresó que, aunque las mujeres tienen más intentos suicidas que los hombres, la cantidad de hombres que consuman el suicidio es más alta.
“Esto se debe a que los hombres emplean métodos más agresivos como el ahorcamiento y el disparo, mientras que la mayoría de las mujeres atentan con su propia vida utilizando medicamentos para envenenarse o dañan su piel con objetos cortantes, lo que da mayor posibilidad de intervenir “, explicó.
Comentó que el suicidio es la segunda causa de muerte entre jóvenes, pues según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el 80 por ciento de la gente que se quita la vida está en el rango de los 15 a 29 años de edad.
“Creemos que si alguien dice que se va a suicidar es para llamar la atención o que si lo dice es porque no lo va a hacer, pero el 90 por ciento de la gente que se suicidó lo dijo de manera directa o indirecta antes de hacerlo y no fue bien atendido o escuchado”, precisó el especialista de la UANL.
En México, apuntó, cada año más de seis mil 200 personas se quitan la vida, pues encuentran el suicidio como la única solución para acabar con un sufrimiento.
“Quien piensa en suicidio no genera otras opciones, hay que pensar que, para el suicida, el suicidio es una solución, no un problema”, dijo.
Refirió que los cambios abruptos en la vida cotidiana, el aislamiento, el aumento de la agresividad con los demás, dejar de hacer planes a futuro, y olvidarse de las cosas que le gustaban son algunas alertas que permiten identificar a una persona que quiere atentar con su propia vida.
“Lo importante ante estos cambios es acercarte y preguntar qué va a hacer para resolver el conflicto que tenga”, señaló.
Rocha González consideró que “ahí podemos darnos cuenta de un plan o una idea de una propia agresión y eso nos permite mantenernos cercanos a las personas y acercarlos a una atención profesional”.
Refirió que el perfil de un suicida se refleja con sensación de culpa, desesperanza, baja autoestima, sensación de abandono o soledad, así como visión de un futuro malo o catastrófico.
Igualmente, con la victimización, en el que las personas a perciben todo lo que pasa a su alrededor como algo que lastima o daña, donde son los únicos afectados, y con la adaptación a dinámicas violentas.