Por Joana Elizabeth Salinas, Psicopedagoga, co creadora de Empareja2 y experta en salud laboral.
Es probable que el 41% de la fuerza laboral mundial considere renunciar a su trabajo este año mientras el 46% contempla una transición profesional. En muchas economías desarrolladas, incluso, la mitad de los trabajadores considera un cambio de carrera. En Estados Unidos esto representaría el 3% de la fuerza laboral.
Vivimos un gran momento para considerar un pivote, ya sea a una nueva función dentro de su empresa o a una nueva empresa o industria. No hay mejor momento para hacer un balance de lo que es importante para cada uno, para imaginar un nuevo futuro y para elaborar estrategias sobre cómo llegar allí.
Para descubrir el próximo movimiento hacia adelante y profundizar en la búsqueda de un nuevo rol, conviene considerar: ¿Qué aprendí sobre mi mismo en los últimos dos años? Conviene ser concreto y específico
También debe hacerse un balance de lo aprendido sobre la industria y empresa justo ahora, cuando muchas empresas tratan de reinventarse por completo. También conviene analizar la trayectoria dentro de la empresa
Es aconsejable, también, imaginar el trabajo ideal y determinar qué se quiere hacer, abandonar, delegar, rechazar o atreverte a hacer.
Los empleados que tienen cierta antiguedad en una empresa y cuentan con capital social, están bien posicionados para negociar roles nuevos o ampliados dentro de sus organizaciones. Esto no implica que se logrará lo que se quiere y tal vez se considere la posibilidad de un cambio radical, de empresa o industria.
A medida que se exploren oportunidades, deberán traducirse los deseos y necesidades de manera que sean beneficiosos para la empresa. Debe aprovecharse este momento para encontrar un rol u organización que sea consistente con el impacto que cada uno quiere tener en el mundo.
Esto implica analizar si la misión de una organización coincide con los planes de vida que cada uno de nosotros posee y si los valores de una organización en específico los compartimos.
Ahora, mientras cada uno se enfoca en el tipo de trabajo que desea hacer, y la compañía adecuada para hacerlo, se debe priorizar el propio bienestar. Sabemos que raíz de la pandemia, los problemas de salud mental de los empleados aumentan y se sienten ansiosos, aislados, agotados o afligidos por la pérdida de seres queridos. Es importante considerar si la salud mental y el bienestar de los empleados es una prioridad en estas empresas. ¿Qué ofrecen para el apoyo?
Los líderes empresariales pueden mejorar la salud mental en la organización al ser auténticos, humildes e inclusivos ellos mismos y esperar esto como la norma en toda su empresa. Esto permite a los empleados sentirse seguros, tomar riesgos y pensar de maneras más innovadoras.
En sí, la seguridad psicológica en una organización es fuerte cuando los empleados pueden llevar todo su ser al trabajo, cuando no necesitan simular que son otros o ponerse una “máscara” psicológica para trabajar.
Cuando la compañía combina la diversidad de estilos y enfoques con la consistencia de sus valores y ética de trabajo, seguro es una organización segura para prosperar.