– La destrucción celular que general el SARS-CoV-2 produce alto índice de estrés oxidativo, el cual puede revertirse con la ingesta de alimentos y/o suplementos que contengan vitaminas A, C, D y E
De acuerdo con la evidencia científica, las personas de cualquier edad tienen más posibilidad de sobrevivir a la infección por SARS-CoV-2 mientras más equilibrada sea su respuesta inmune y no padezcan comorbilidades como diabetes u obesidad, las cuales provocan inflamación crónica que desregula los mecanismos de defensa, señaló la investigadora del Instituto Politécnico Nacional (IPN) Paula Figueroa Arredondo.
En la ponencia Covid vs Immunity and Nutrition, presentada en la Jornada de Biotecnología 2020, organizada por la Universidad de Guanajuato, la especialista de la Escuela Superior de Medicina (ESM), refirió que el mecanismo de la respuesta inmune llega a descontrolarse por una producción excesiva de células proinflamatorias (citocinas).
La doctora Figueroa Arredondo detalló que la función de las citocinas es proteger el tejido pulmonar, pero en la infección con SARS-CoV-2 actúan contrariamente y le producen inflamación, lo cual exacerba la COVID-19, ya que esta condición dificulta el intercambio de oxígeno en los alveolos pulmonares.
Mencionó que las paredes de los alvéolos pulmonares son muy delgadas, por ello cuando hay una inflamación severa merma su capacidad para el intercambio del oxígeno. “La tormenta de citocinas que produce hiperinflamación puede evitarse cuando una persona tiene un sistema inmune en equilibrio, debido a una sana alimentación, y además no padece comorbilidades que causan pro-inflamación”, añadió.
La doctora Figueroa Arredondo apuntó que la destrucción celular generada por el SARS-CoV- 2 produce alto índice de estrés oxidativo, el cual es perjudicial para el organismo. “El estrés oxidativo solamente puede combatirse con una alimentación san rica en antioxidantes, por ello, es recomendable que las personas enfermas o convalecientes de COVID-19 integren a su dieta estos elementos”, advirtió.
La científica del IPN subrayó que los antioxidantes se encuentran en frutas, verduras frescas y en extractos naturales como el de Caléndula, así como en suplementos vitamínicos. Además, se deben incorporar a la dieta micronutrientes como el Zinc, Cobre, Magnesio, Manganeso, Selenio y Hierro, que se obtienen de vegetales frescos. “Las vitaminas que ayudan a mantener buenas barreras inmunológicas son fundamentalmente la A, C, el complejo B y la D, la cual se obtiene al tomar el sol”, acotó.