En México, la diabetes mellitus representa el 36 por ciento de las consultas de obstetricia, lo que deriva en complicaciones para la madre y el producto, advirtió la especialista Paola Vázquez Cárdenas en la charla “Diabetes gestacional”, que ofreció hoy en el marco del Seminario Prevenir es Vivir, que organiza la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación (SECTEI) de la Ciudad de México.
En la sede Tepepan de PILARES, el director general de la Universidad de la Salud, el doctor Adolfo Romero Garibay, coordinador del seminario, señaló que cuando una mujer se embaraza, la misma persona y las que le acompañan nunca esperan un contratiempo durante la gestación.
Al respecto, explicó que la enfermedad aparece de súbito y en la mayoría de las ocasiones no presenta muchas manifestaciones clínicas y es así que se confunden con las del propio embarazo.
Con esa introducción sobre el tema y su importancia por los efectos en la salud de las mujeres gestantes y en la de sus hijos/hijas, dio la bienvenida a la especialista del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ), la maestra en Ciencias de la Salud, Paola Vázquez Cárdenas, quien externó que el embarazo, en sí mismo, representa un reto metabólico para el cuerpo de una mujer.
“En el embarazo, el páncreas secreta más insulina de la habitual para mantener un estado óptimo y cuando no ocurre, la glucosa se incrementa, ocasionando diabetes gestacional”, que inicia con el embarazo como una intolerancia a los carbohidratos, particularmente a la glucosa.
La también investigadora en Ciencias Médicas adscrita al Centro de Innovación Médica Aplicada (CIMA) recalcó que la diabetes gestacional representa un problema grave a nivel nacional, pues los factores de riesgo asociados a ella, principalmente la obesidad y la diabetes tipo 2, han aumentado en los últimos años, específicamente en mujeres en edad reproductiva.
Al respecto, señaló que, en México, la prevalencia de este padecimiento se reporta en un rango muy variable, pues se diagnostica con metodologías diversas.
Coordinadora del área de Nutrición de la Clínica de Obesidad del Hospital General Doctor Manuel Gea González, citó que, en población de riesgo, como la que se atiende en el Instituto Nacional de Perinatología, se reporta una frecuencia de 8.4 por ciento; mientras que, en el Gea González se observó una frecuencia del 15 por ciento.
Añadió que el 36 por ciento de las consultas obstétricas registran casos de diabetes gestacional y de sus complicaciones.
También se reportan consecuencias en el desarrollo del bebé. “Según que tan pronto aparezca se tendrán diferentes consecuencias sobre el embarazo. Si es muy temprano habrá amenazas de aborto o malformaciones, si es tardío, podría existir muerte fetal, alteraciones del feto, bebés macrosómicos o con peso elevado, con hipoglucemia o descalcificados.
Autora de artículos en revistas internacionales y de capítulos de libros especializados en nutrición, expuso que el recién nacido conserva en sus células información de lo que ocurrió durante el embarazo, conocida como memoria epigenética o programación fetal. “Lo anterior puede propiciar que en su vida adulta padezca diabetes”.
La enfermedad se diagnostica, preferentemente, al inicio del estado de resistencia a la insulina, es decir, entre las semanas 24 y 28 de gestación.
Los genes que causan en la población mestizo-mexicana mayor frecuencia de diabetes tipo 2, también causan diabetes gestacional. Sin embargo, estudios recientes revelaron que no todos los causantes de la 2 en la población contribuyen a la otra, aunque hay una modulación importante, la cual es determinada por el ambiente.
Los factores de riesgo, además de la genética son: obesidad, sobrepeso, antecedentes familiares de diabetes tipo 2 en primer grado, pérdidas gestacionales previas, productos macrosómicos previos y síndrome de ovario poliquístico, entre otros. “Según la escala que marca la Norma Oficial Mexicana, con al menos uno de esos factores se diagnostica la enfermedad”.
La docente en la Facultad de Medicina de la UNAM y de la Escuela de Dietética y Nutrición del ISSSTE informó que un análisis de insulina en la sangre al inicio del embarazo es un buen predictor de la enfermedad.
“Hemos observado que en mujeres embarazadas hay un alto consumo de carbohidratos. El consumo energético de calorías mayor al habitual, la ingesta excesiva de grasas no saludables, así como de azúcares, contribuyen a su aparición. De igual forma, el bajo consumo de proteínas y de fibra son factores que la promueven”.