Son desdeñados por otras compañías

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El 63% de los fraudes empresariales los perpetra personal interno y los de mayor cuantía se efectúan por personal directivo. Sin embargo, los principales afectados por este delito corporativo son empleados debajo de los puestos gerenciales, dice Edgar Shwartz, director de Solventium, quien aseguró que en la malversación ejecutiva existen víctimas invisibles.

“En los escándalos contables, que generan la bancarrota de grandes empresas, encarcelan a los directivos con un máximo de 25 años de prisión, pero los trabajadores de nivel medio y por debajo constituyen la mayoría de cualquier compañía y sus vidas están completamente trastocadas porque trabajan para una empresa fraudulenta”, mencionó Shwartz.

Los empleados que trabajaron en empresas involucradas en fraude perdieron un promedio del 50% de sus ganancias acumuladas durante la década siguiente, en comparación con sus pares que trabajaron en compañías donde no se vivieron escándalos financieros.

Es probable que los trabajadores de una empresa fraudulenta abandonen su condado, e incluso la industria, cuando se descubre el fraude, y aquellos que ganan más, los trabajadores calificados y bien pagados, son mucho más móviles, así que los trabajadores peor pagados parecen soportar los principales costos del fraude y sufren más.

Esta inequidad se ve agravada por un nuevo patrón en el que las empresas fraudulentas, durante el período de fraude, a menudo intentan mantener un frente de rentabilidad mediante la expansión de su fuerza laboral. Así, eliminan silenciosamente a los empleados más experimentados y altamente remunerados y los reemplazan con un mayor número de trabajadores sin experiencia y mal pagados. Además, este proceso generalmente se realiza oculto a la vista, que es una cosa que a menudo diferencia el fraude de la bancarrota.

Mientras en la bancarrota hay un entendimiento general de que la empresa está enferma, y los trabajadores o las partes interesadas pueden tomar una decisión de empleo basada en la información correcta, en los casos de fraude la mayoría de los empleados no tienen idea de los riesgos hasta el mismo día en que pierden sus trabajos y se ven obligados a un mercado laboral difícil.

“En México existen sesgos de los que nadie habla en el mercado laboral y uno de ellos afecta a los empleados de niveles bajos y medios de las empresas fraudulentas”, aseguró el CEO de Solventium.