SOY ESPEJO/ Libertad, símbolo del arte mexicano contemporáneo

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Por Miguel Ángel Contreras, artista plástico

¿Qué caracteriza al arte mexicano contemporáneo? La heterogeneidad de temáticas y técnicas y una sorprendente fuga al confinamiento impuesto por la pandemia mundial de Covid-19. Parece un acuerdo silente del artista de profundizar en hechos inquietantes, lo que marca las obsesiones, y que insólitamente no comprenden al coronavirus, como si fuera algo que no logra capturar pensamientos y sentidos.
Durante la bienal del Whitney Museum de Nueva York, se presentaron las propuestas de nuevas generaciones de creadores. La obra no puede tener más de dos años de creación, de ahí el gran interés de galeristas para detectar las tendencias de artistas emergentes y consagrados.
En esta edición participaron tres artistas mexicanos oriundos de la frontera y que representaron a las nuevas generaciones con un mensaje social.
Mónica Arreola, fotógrafa de Tijuana, Baja California, presentó una peligrosa ciudad fantasma, los edificios semiconstruidos, cubiertos de grafitis donde reina abandono y hampa. La decadente burbuja de construcción del 2008.
Alejandro “Luperca” Morales, por su parte, presenta a Ciudad Juárez, Chihuahua, a través de una línea de pequeños visores de plástico. Las imágenes son de Google maps y logra reunir en una línea recta el paisaje de la franja limítrofe entre México y Estados Unidos.
El tercer artista mexicano, Andrew Roberts, presentó inquietantes imágenes que conjuntan desmembramiento con simbologías e incluso logotipos comerciales.
La bienal neoyorkina, una de las más importante en el mundo del arte, reúne piezas de 63 artistas de diferentes disciplinas y generaciones que reflejan las condiciones precarias, inestables, inciertas y siempre cambiantes del confinamiento.
Paradójicamente, no se alude directamente a la pandemia. Existe una suerte de eufemismo que la areta desde distintas vertientes, modelos y temas. Es como si los artistas se hubieran sumergido en su propia psique para presentar reflexiones y voces de vida mientras el mundo impuso una pausa a todo.
La temática fue presentar una era, la nuestra, aunque en el fondo emerge una pregunta un tanto irrelevante: ¡Qué es ser estadounidense? Y bajo ese paraguas surge el enigma de la frontera y tres artistas mexicanos que tratan de develar 3,180 kilómetros.