El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, reiteró su negativa a disculparse por el manejo que le dio al caso de la constructora canadiense SNC-Lavalin, que es investigada por el pago de sobornos en el extranjero, aunque asume toda la responsabilidad al respecto.
“No voy a pedir disculpas por defender los empleos canadienses, porque ese es mi trabajo: asegurarme de que los canadienses y las comunidades y los pensionados y las familias de todo el país reciban apoyo, y eso es lo que siempre haré”, indicó Trudeau, de acuerdo con el diario local The Star.
El titular de la Comisión de Conflicto de Interés y Ética de Canadá, Mario Dion, presentó el miércoles un informe en el que acusó a Trudeau de haber ejercido presión indebida contra la procuradora general Jody Wilson-Raybould, para que desistiese de acusar penalmente a SNC-Lavalin, en una especie de tráfico de influencias.
Wilson-Raybould renunció a su cargo en febrero pasado ante las presiones de Trudeau.
Dion acusó al primer ministro canadiense de incumplir con la ley de conflicto de intereses al ejercer su influencia para evadir la justicia al proteger a terceros.
Tras darse a conocer el reporte, el primer ministro canadiense señaló que “aunque no estoy de acuerdo con algunas de sus conclusiones, acepto completamente este informe y asumo la responsabilidad de todo lo que sucedió”.
Según las investigaciones, Trudeau aprobó medidas que permiten que las empresas que enfrentan acusaciones criminales puedan acogerse a un acuerdo de enjuiciamiento diferido con la fiscalía y evitar así tener que acudir a juicio, sin embargo, la fiscalía se había negado a ofrecer al SNC-Lavalin dicho convenio.
SNC-Lavalin está acusada de pagar sobornos a altos funcionarios del régimen del fallecido líder libio Muamar Gadafi, para conseguir contratos en Libia.
Parlamentarios conservadores demandaron al Comité de Ética de la Cámara de los Comunes convocar a una reunión urgente para considerar una moción, a fin de invitar a Dion para que dé a conocer su informe a los miembros del comité.
Indicaron que es una situación grave, ya que Trudeau no solo es el primer primer ministro en ser declarado culpable de violar la ley, sino que es un “reincidente”, señaló el diario local The Globe and Mail.
De acuerdo con el antecesor de Dion, Trudeau violó la ley de ética al aceptar, en 2016, unas vacaciones familiares pagadas en la isla privada de las Bahamas, propiedad del líder espiritual mulsumán Aga Khan.
Esas vacaciones se dieron en momentos en que la Fundación Aga Khan estaba en conversaciones con el gobierno de Canadá para recibir una subvención por valor de 15 millones de dólares.