Cuando el mundo creía haberlo visto y oído todo por parte del Donald Trump, la semana pasada sugirió inyectar desinfectante en pacientes enfermos de COVID-19; ahora dice que su sugerencia era sarcasmo.
El escándalo por la ocurrencia del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de aconsejar a la población ingerir o inyectarse desinfectantes, como el cloro, para “matar el coronavirus”, no cesa.
“No sé por qué lo hicieron”, declaró este martes el mandatario republicano a la pregunta de los periodistas, un día después de que conocerse que los servicios de emergencia de varias ciudades del país recibieron durante el fin de semana un centenar de llamadas de personas que habían ingerido o estaban junto a familiares que se habían intoxicado con tras ingerir cloro.
Tras sus polémicas palabras, Trump aseguró que no volvería a comparecer ante los medios en la Casa Blanca porque “no merecía el esfuerzo”, aunque este lunes volvió a someterse a las preguntas de la prensa. Sin embargo, fue para reiterar que lo dijo en tono “sarcástico” y que se trataba “de una broma”.
Solo en Nueva York, el Centro para el Control de Envenenamientos recibió cien llamadas en un periodo de cuatro días después de la sugerencia del presidente estadounidense. Ese mismo día, el jueves 23 de abril, el centro neoyorquino recibió 21 llamadas relacionadas con el contacto con lejía y 11 para otros desinfectantes, un dato significativo que contrasta con las seis llamadas que se realizaron el año pasado en la misma fecha. Los datos del Centro no especifican si el contacto con el producto fue en la piel o ingerido.
Las llamadas aumentaron el 24 de abril, un día después de la sugerencia del mandatario, registrándose 23 casos relacionados con el contacto con lejía, usada como desinfectante en millones de hogares, y otras dieciséis llamadas fueron en relación con el envenenamiento con otros desinfectantes que no se especifican. Sin embargo, el año pasado en la misma fecha el Centro sólo recibió en total 10 llamadas por este asunto.
Tras la oleada de críticas por sus temerarios consejos el presidente trató este lunes de zanjar la polémica pidiendo ahora a la población “sentido común”.