UNAM y Gobierno de Naucalpan Investigan Estruendos en Praderas de San Mateo

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Contamos con el personal, infraestructura y laboratorios adecuados para llevar a cabo los estudios necesarios. Después de realizar un análisis con instrumentos especializados, podremos llegar a conclusiones, pero no antes”.
Así manifestó José María Chávez Aguirre, geólogo de la Unidad de Investigaciones Multidisciplinarias de la FES Acatlán al sumarse a la investigación impulsada por el gobierno de Naucalpan para esclarecer el origen de los estruendos que han alarmado a los vecinos de la colonia Praderas de San Mateo.
Al re4specto, Sergio Mancilla Zayas, director general de Gobierno de Naucalpan, informó que la alcaldesa Angélica Moya Marín solicitó la colaboración de expertos para abordar esta situación, que ha generado preocupación entre los habitantes por posibles riesgos a su seguridad y patrimonio.
Académicos especializados en ingeniería civil, mecánica de suelos, estructuras, vulcanismo y sismología de la FES Acatlán recorrieron la colonia y zonas aledañas, evaluando el terreno y visitando cavernas cercanas. Durante el recorrido, los expertos anunciaron que realizarán estudios geofísicos para determinar las causas de los ruidos.
El geólogo añadió que los estudios incluirán el uso de equipos para emitir ondas en el subsuelo y detectar posibles materiales o huecos que puedan estar generando los estallidos.
En el recorrido participaron autoridades municipales de Protección Civil y Bomberos, así como representantes de la comunidad, quienes expresaron su preocupación. Sin embargo, los especialistas coincidieron en que, hasta el momento, no se ha identificado un riesgo inminente para la población, aunque los estudios continuarán.
En una reunión posterior con autoridades estatales y locales, Carlos Sánchez, director regional de Protección Civil, descartó que los estruendos sean causados por explosivos utilizados en obras cercanas, como sospechaban algunos residentes. Edgar Gil, subdirector de Protección Civil de Naucalpan, señaló que tras vuelos con drones y el uso de georradares, no se han detectado movimientos significativos de tierra ni oquedades en el subsuelo.