Con la reducción en la producción de maíz pronosticada para 2050, aunado al aumento de dos grados de temperatura en el país y a la disminución de la precipitación anual entre 10 y 20 por ciento, debemos instrumentar acciones a corto, mediano y largo plazos para hacer frente al fenómeno del cambio climático, expresó el diputado Ángel García Yáñez, del Grupo Parlamentario Nueva Alianza.
En entrevista, el legislador por Morelos señaló que de acuerdo con los institutos nacionales de Ecología y de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias, el maíz es el alimento que más escaseará en 28 estados de la República por las inclemencias climáticas. “Este fenómeno no sólo afecta el rendimiento de los cultivos y destrucción de siembra, sino que además genera pérdidas de ganado”, dijo.
El también integrante de la Comisión de Agricultura y Sistemas de Riego de la Cámara de Diputados, recordó que los huracanes Ingrid y Manuel en 2013 causaron afectaciones en 19 estados, donde Guerrero presentó pérdidas de 215 mil hectáreas, daños tres veces mayores que en Tamaulipas, Michoacán, Sinaloa, Veracruz, Zacatecas y Oaxaca, según el balance del gobierno federal.
Aunado ello, refirió que según estimaciones de organizaciones ambientales e instituciones educativas, en el norte del país prevalecerán las sequías, mientras que en el centro los cultivos serán amenazados por heladas e inundaciones, y en el sur aumentarán las lluvias. Lo que según la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), ocasionará que sólo 25 por ciento del territorio nacional pueda ser usado para en 2050 producir alimentos.
Subrayó que el sector agrícola es la principal fuente de ingresos para las zonas rurales, por lo que debemos concientizar y sensibilizar a la población de la amenaza global que representa el cambio climático. “Trabajemos con responsabilidad y compromiso para reforzar la política de Estado que requiere México”, comentó.
Solicitó a las autoridades ambientales llevar a cabo un análisis de las condiciones meteorológicas, a efecto de conocer el tipo de cultivos que son aptos para la siembra, así como la creación de nuevos modelos que generen una forma más sustentable y productiva de trabajar el campo.
