Los próximos 10 días son cruciales en México para enfrentar la ola epidémica que crecerá inevitablemente. Es un periodo clave, como otros dentro de la emergencia, puesto que se trata de una transición, explicó Mauricio Rodríguez Álvarez, Profesor en el Departamento de Microbiología y Parasitología, Facultad de Medicina de la UNAM y miembro de la Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia del Coronavirus.
En los próximos días, recalcó, se terminan de implementar las medidas de distanciamiento social y se comienzan a ejecutar con rigor por la comunidad, en tanto que continúa la transmisión local del coronavirus. Esta fotografía no corresponde a lo que realmente ocurre, sino a lo que podemos ver, añadió, por lo que quedarse en casa, identificar y aislar a los contagiados, es la forma en que se frenará la transmisión del SARS-CoV-2, causante del COVID-19.
El universitario y sus colegas miembros de la comisión, Malaquías López Cervantes y Samuel Ponce de León Rosales, ofrecieron una conferencia web para hacer reflexiones y apuntes sobre el momento en el que nos encontramos por la pandemia del COVID-19. López Cervantes, del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina, explica por qué México y el mundo no puede ir al paso del nuevo coronavirus.
“Debemos mantener muy en alto la guardia porque la epidemia suele ir un paso adelante de lo que podemos descubrir”. El especialista puntualizó que cuando se reconoció que México entraba en la fase 2 de la contingencia las autoridades de salud refirieron que se tenía ya la evidencia de cinco casos de transmisión comunitaria: el primero ocurrió días antes de que se presentara esa evidencia, lo que quiere decir que antes no se había clasificado la probable transmisión comunitaria, explicó.
“Pero lo más preocupante es que después comenzaron a aparecer casos todavía más atrás en el tiempo, llegando incluso a siete días después de la presentación del primer caso, que fue el 28 de febrero”. La cercanía entre esa fecha y el seis de marzo (cuando se registró el primer caso importado) es muy breve, lo cual quiere decir que el virus ha circulado en México durante un periodo considerable.
“El mecanismo de detección y circulación no ha sido comparable con otros países y eso nos obliga a ser enfáticos en el cumplimento de las medidas de aislamiento social y confinamiento, porque el número de casos puede despegar cualquier día. No es para alarmar, pero sí hacer entender a toda la gente que tenemos una transmisión comunitaria importante y que es momento en el que la organización social debe bajar a otros niveles, como el vecinal: buscar redes de apoyo comunitario que nos ayuden más allá de las instrucciones generales que se emiten a través de los medios masivos”.
EXPLOSIÓN EN EU. De una forma particular, distinta a como se desarrolla en México, el coronavirus también circuló en EU mientras sus autoridades iban más de un paso atrás. La falta de preparación, la circulación masiva de personas provenientes de Asia y el flujo aéreo han puesto a nuestro vecino fronterizo en el escenario actual, con más de 200 mil casos.
“Seguramente, semanas atrás, el virus circulaba de manera rampante en EU y no se detectó, por lo que ahora se vive la actual situación. Nosotros estamos en otro momento de la epidemia, eventualmente tendremos un crecimiento de casos en virtud de que hemos iniciado y la toma de medidas que todos conocemos, quizá podamos tener una curva con comportamiento diferente”, señaló por su parte Ponce de León, coordinador del Programa Universitario de Investigación en Salud y de la comisión universitaria.
Malaquías López refiere que el escenario mundial es muy desalentador, más aún en EU donde ha habido una explosión de casos y se vislumbran escenarios terribles por muertes, más de cuatro mil 800 hasta ayer. “Lo que nos separa de EU es sólo una frontera que es atravesada cotidianamente, lo cual nos vuelve susceptibles a la transmisión de contagios. Es un momento en que debe haber una gran cohesión social”.
¿CUÁNDO TERMINARÁ? López Cervantes añadió que no es posible determinar cuándo terminará la pandemia, puesto que no se tienen suficientes datos, aunque hay intentos de predicción y escenarios. “La oficial es que en tres semanas veremos el punto máximo de la oleada, y si en las ocho o 10 semanas baja sustancialmente, de cualquier forma tendremos una gran cantidad en la población que podría infectarse o recaídas en verano o invierno”.
El universitario añadió que parte de la estrategia es comprar tiempo para que aparezcan tratamientos o, en algún momento, vacunas. “Entonces sí, tendremos una manera definitiva de combatir o prevenir su desarrollo”.
Con las actuales intervenciones, no es momento de aventurar resultados en el corto y mediano plazo, puntualiza por su parte Ponce de Léon. “Apenas empezamos con la intervención en el problema; leía en un periódico que hay esperanzas de que la próxima semana disminuyeran casos, pero no hay forma de anticiparse, es complejo”. Agregó que seguiremos en la incertidumbre en los próximos días, sin saber cuánto durará la emergencia. “Pero en México, el hecho de que siendo una población completamente no expuesta al coronavirus, todos (una gran mayoría), nos infectaremos tarde o temprano”.
El universitario dijo por otra parte que, después de la pandemia, el país debe mejorar sus medidas de prevención y tratamiento, así como generar más conocimiento para en el futuro hacer una propuesta formal de cómo prepararse ante estas emergencias, “porque ésta no es, ciertamente, la última”.