• Se imponen alianzas estratégicas
• Oportunidades en todos los puntos de contacto con el cliente
• Capital humano puede marcar valores diferenciales
Se incrementan los retos en el sector financiero y resaltan el fondeo de capital, encontrar nuevos clientes, posibles alianzas que permitan potenciar la oferta y gestión adecuada del talento humano, coincidieron Héctor Ortega Hernández y Julio César Briseño Cruz, directores de Hypertech y Cénit Consultoría, respectivamente.
El cliente demanda más velocidad, disposición inmediata, interacción constante y a distancia en los servicios financieros. Así, “es momento de pensar en alianzas con otras organizaciones y con otras industrias incluso, para hacer venta cruzada de productos, extender la experiencia para llegar a nuevos mercados, ya no es suficiente quedarse con la cartera actual”, dijo Ortega Hernández.
El distanciamiento social impuesto por la pandemia del Covid-19, asimismo, multiplica clientes que desean comprar algo, pedir comida, viajar o divertirse. Al final se requiere interactuar con el sistema financiero y es donde se buscan relaciones y alianzas con otros actores para estar dentro de la línea de operación de los clientes, enfatizó por su parte Briseño Cruz.
Covid-19 marca el momento de definir objetivos en el corto plazo, experimentar, equivocarse, aprender y volver a empezar. Es decir, “ se aprecia una cultura de experimento y propensión a errores, es momento de que los líderes cambien un poco la postura y se integren en esta ola de cambios. Se debe tomar en cuenta que contar con las personas clave en estos momentos suma a la estrategia”, refirió el director de Hypertech.
En conclusión, no resulta fácil para ninguna industria la recesión que atravesamos. La pandemia implicó cambios sustanciales en nuestros hábitos de interacción, trabajo y vida. También representa una tendencia creciente a la digitalización y a la adopción de tecnologías avanzadas de comunicación”, aseguró el CEO de Cénit.
Ante esto, “los servicios financieros tienen que competir con todas estas necesidades. Las redes sociales, mensajería y entretenimiento determinan la experiencia. El cliente demanda empresas completamente digitales”, enfatizó Ortega Hernández.
“Vivimos un momento en que los servicios financieros deben revisar procesos, hacerlos eficientes, responder y dictaminar con la mayor certeza posible en favor de un consumidor digital”, sintetizó Briseño Cruz. Finalmente, “ si a nuestro cliente no le parece la solución que le brindamos solo tiene que descargar otra App” coincidieron ambos directivos.
Cuando la velocidad es todo
Julio César Briseño comentó que el tiempo de respuesta ante una crisis impacta las medidas de recuperación que impulsa una empresa y el periodo de tiempo en el que podrá prosperar.
“En general las empresas de diversos sectores económicos demoran de tres a tres meses y medio en generar una respuesta ante la crisis. El lapso de tiempo en que tardan en hacerlo está vinculado a su estructura. Así, las compañías con organigramas más planos u horizontales, son las que presentan más rapidez de respuesta”, dijo Briseño.
La recuperación, en tanto, demora un promedio de seis meses mientras el arribo de la prosperidad suele prolongarse por diez meses más, añadió el director de Cénit.
Sin embargo, la mayoría de las empresas “se estanca” en la recuperación. Ésto obnibula a las compañías y centran todas sus operaciones y recursos en el día a día. Asumen que es una condición permanente, dijo el experto.
Ahora, en todas las empresas existe una constante: entre más demora una compañía en responder ante una crisis, más prolongará las fases subsiguientes.
¿Qué permite mayor agilidad empresarial? Poseer estructuras de costos flexibles que permitan responder rápidamente a los cambios en la demanda de los consumidores, satisfacer el aumento de la demanda o de las oportunidades de ventas y la liquidez o crédito para garantizar la continuidad del negocio.
“Sabemos que los principales desafíos externos a los que se enfrentan las empresas incluyen una caída de la demanda de los consumidores y cambios en su comportamiento, vulnerabilidades de seguridad cibernética y los desafíos de la cadena de suministro. dijo Briseño.
Para contrarrestar tales condiciones de cambios continuos y abruptos de mercado, más del 60% de los líderes empresariales optan por la automatización /digitalización de bienes y servicios. Consideran que es el factor que les permitirá lograr el crecimiento de la productividad y ganar agilidad en las operaciones y sus modelos operativos. Las empresas quieren poder utilizar la automatización para hacer crecer los mercados, y desarrollar nuevos productos y servicios, argumentó el experto en pymes.
Más allá de la automatización, “las prioridades de transformación variaron según la región y la etapa de recuperación en la que se encontraban, a través de acciones como la reducción de costos, fusiones y adquisiciones y la revisión de procesos de negocio o cadenas de suministro”, ejemplificó Briseño.
Ante esto, insistió en que se requieren recursos de transformación empresarial y la autofinanciación es más fácil que buscar fuentes de financiación externas, pues tales transformaciones pueden consumir muchos recursos. Si se financia internamente, en cambio, las posibilidades de éxito y el retorno de la inversión en las transformaciones son cada vez más altas.