Miguel León-Portilla es en sí mismo historia en sustantivo y verbo. Hablante de varias lenguas, su mejor idioma es el humor sustentado en el conocimiento de lo sucedido; con él dialoga, sensibiliza y fragua la didáctica.
Historiador, lingüista, antropólogo, etnólogo y filósofo, pero ante todo, universitario, hace horizontal su perspectiva del país en el que ha visto la traza de 18 presidentes.
“Veo a México enfermo, lo veo mal, en inseguridad; la economía también…y la corrupción, es una hidra que sale por todos lados, es hacer que el bien común se convierta en ‘mi bien personal’. Hay muchas reformas en todo, hay que realizar obras con más calma. Para un historiador la época más difícil es en la que está vivo”, resaltó.
Al sostener una charla con representantes de medios de comunicación, en el Instituto de Investigaciones Históricas (IIH), el investigador emérito aclaró que aún con esa situación se puede mirar la vida en “Flor y Canto”.
“Me duele lo que le sucede, porque quiero muchísimo a México, con toda el alma; todos podemos hacer algo, por lo pronto a ver la vida en ‘Flor y Canto’, es decir, mirar la realidad de manera positiva”, agregó.
Nonagenario
A menos de 96 horas de cumplir 90 años, el creador del Seminario de Cultura Náhuatl en el IIH, continúa su actividad académica y de creación.
Actualmente remoza y actualiza el Gran Mapa de México-Tenochtitlan, que data de 1550, y sobre el cual le gustaría que el gobierno capitalino realizara reproducciones con un tiraje amplio para que los habitantes de esta ciudad conozcan la historia y geografía de la misma.
Además, trabaja en sus memorias y adapta al náhuatl su obra cumbre “La Visión de los Vencidos”, que también se traduce al chino. “Lo dije en una ocasión: la historia tiene finalidades prácticas y la magia es que ni el tiempo, ni el espacio, la limitan; es el regalo de Dios que da a los seres humanos para compensar el tiempo limitado de vida”, apuntó.
El universitario descartó que el tema de la muerte le inquiete; se dijo contento con lo que ha logrado hasta el momento en su existencia, “sería soberbio si dijera satisfecho, y si vuelvo a vivir, aunque sea en 90 mil millones de años, quisiera una vida parecida”.
“A lo mejor vivo 92, a lo mejor 100 años; el cómo y cuándo moriré no lo sabemos, creo que no he sido muy ‘cabrón’, he trabajado desde los seis años de edad y he ayudado. Mi destino, si hay un Dios, no será malo”, concluyó.
Reconocimiento
El teatro Juan Ruiz de Alarcón del Centro Cultural Universitario será sede del Homenaje a Miguel León-Portilla en su 90 aniversario, el 22 de febrero.
Intervendrán alrededor de 15 especialistas entre investigadores, académicos y autoridades, que en dos mesas hablarán sobre sus aportaciones y perfiles en los rubros que ha abordado.
Iniciará a las 10:00 horas y concluirá a las 14:30 horas. Para mayor información puede consultar www.cultura.unam.mx/leonportilla.